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Métodos de enseñanza 30 La Destaca la guía sistemática y metódica por parte del adulto o profesor y el enseñanza papel central de la actividad de quienes aprenden, a través de la entendida observación directa de fenómenos, la búsqueda y la indagación activa, la como guía resolución de problemas, la reflexión activa y la inventiva. La metáfora es la enseñanza como andamio para que los alumnos elaboren el nuevo conocimiento en una secuencia progresiva de acciones. Admite dos grandes variantes: el grupo ayuda el aprendizaje individual y el aprendizaje constituye un producto de la acción colectiva INewman, Griffin y Colé, 1991; Greeno, 1997; Colé, 1995). Estas dos grandes concepciones no deben ser comprendidas como modelos rígidos, fijos o cerrados en sí mismos. Aunque reconozcan orígenes conceptuales y enfoques distintos, la opo- sición es teórica. Constituyen teorías específicas pero integrables entre sí en la realidad de las prácticas. Su valor conceptual y reflexivo estriba en brindar un marco de análisis para orientar las opciones conscientes de los profesores y no ía aplicación fija de un modelo tínico en cualquier circimstancia. En la realidad, las prácticas de enseñanza no adoptan rí- gidamente uno y sólo uno de estos grandes enfoques. En su lugar, asumen una orientación general en un momento dado o con mayor énfasis, pero integrando momentos de la otra orientación en la secuencia metódica de enseñanza. La idea de orientación de la enseñanza presenta una flexibilidad y un dinamismo más interesante que la idea de modelos fí-jos y, mucho menos, antagónicos. Aunque exista una orientación priiicipal, la enseñanza puede üicluir alternativas durante su de- sarrollo y producir distintos efectos de aprendizaje. En otras pala- bras, la orientación puede darse en "estado puro" o puede incluir toda LUia gama variada de alternativas entre un extremo y otro de las prácticas. Por ejemplo, un profesor puede enseñar priorizando la instrucción, pero durante el proceso los alumnos discuten sus puntos de vista y desarrollan nuevas formas de analizar el mismo problema. Con ello, desarrollan interacciones entre sí, io que flexi-biliza la idea de instrucción extema, centrada en el profesor y genera condiciones de construcción participativa del grupo. En otro caso, un profesor puede enseñar priorizando su papel de guía, lo que no impide que existan momentos de instrucción durante la ] Iji enseñanza 31 secuencia de actividades, sea por la exposición del profesor o por la lectura de textos. Con ello, se habilita la adquisición del conoci- miento organizado, como alimento al papel activo del grupo. Asiinismo, en cualquiera de las orientaciones, la enseñanza puede enfatizar el tratamiento de la esfera intelectual, la afectiva, la valorativa o la acción. Aquí también la cuestión es de orientación: aunque se aborde con mayor énfasis la dimensión intelectual, los sentimientos y las valoraciones están presentes; aunque se priorice el desarrollo de la expresividad y la afectividad, el pensamiento apoya el proceso y nunca está ausente. En otros términos, todas las áreas de conducta están presentes en la acción de la enseñanza y en el aprendizaje. Como síntesis del análisis de las prácticas de enseñanza y cualesquiera sean las concepciones que la orienten: • La enseñanza siempre implica intenciones de transmisión cul- tural de una muy variada gama de contenidos y del desarrollo de diversas capacidades en quienes aprenden, desde habilidades y destrezas prácticas, desarrollo del pensamiento, hasta resolved-problemas, interactuar y participar con otros, o asumir valores sociales. • La enseñanza implica necesariamente la propuesta de una secuencia metódica de acciones, sea con mayor orientación ha- cia la instrucción o hacia la guía, en la que quienes aprenden puedan elaborar su aprendizaje, a través de la reflexión interna o en la actividad participativa. • Cualquiera sea la decisión de quienes enseñan, ésta deberá contemplar la coordinación de un sistema de relaciones regu- ladas entre quienes aprenden, quienes enseñan, los contenidos que se enseñan y el ambiente, con sus flujos de interacción y sus recursos reales y potenciales. • Sea como instrucción o como guía, la enseñanza siempre tiene implícita la dinámica entre autoridad y autonomía, y sus resultados son previsibles pero variados y abiertos, como lo son las personas y los contextos en los que participan. • Siempre es necesario que quienes enseñan reflexionen sobre estas cuestiones, ampliando la visión y la conciencia en la acción de enseñar, y adoptando decisiones válidas y valiosas en función de una buena enseñanza.