Métodos de enseñanza
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La Destaca la guía sistemática y metódica por parte del adulto o profesor y el
enseñanza papel central de la actividad de quienes aprenden, a través de la
entendida observación directa de fenómenos, la búsqueda y la indagación activa, la
como guía resolución de problemas, la reflexión activa y la inventiva. La metáfora es la
enseñanza como andamio para que los alumnos elaboren el nuevo
conocimiento en una secuencia progresiva de acciones. Admite dos grandes variantes: el
grupo ayuda el aprendizaje individual y el aprendizaje constituye un producto de la acción
colectiva INewman, Griffin y Colé, 1991; Greeno, 1997; Colé, 1995).
Estas dos grandes concepciones no deben ser comprendidas
como modelos rígidos, fijos o cerrados en sí mismos. Aunque
reconozcan orígenes conceptuales y enfoques distintos, la opo-
sición es teórica. Constituyen teorías específicas pero integrables
entre sí en la realidad de las prácticas. Su valor conceptual y
reflexivo estriba en brindar un marco de análisis para orientar las
opciones conscientes de los profesores y no ía aplicación fija de
un modelo tínico en cualquier circimstancia.
En la realidad, las prácticas de enseñanza no adoptan rí-
gidamente uno y sólo uno de estos grandes enfoques. En su lugar,
asumen una orientación general en un momento dado o con mayor
énfasis, pero integrando momentos de la otra orientación en la
secuencia metódica de enseñanza.
La idea de orientación de la enseñanza presenta una flexibilidad
y un dinamismo más interesante que la idea de modelos fí-jos y,
mucho menos, antagónicos. Aunque exista una orientación
priiicipal, la enseñanza puede üicluir alternativas durante su de-
sarrollo y producir distintos efectos de aprendizaje. En otras pala-
bras, la orientación puede darse en "estado puro" o puede incluir
toda LUia gama variada de alternativas entre un extremo y otro de
las prácticas. Por ejemplo, un profesor puede enseñar priorizando
la instrucción, pero durante el proceso los alumnos discuten sus
puntos de vista y desarrollan nuevas formas de analizar el mismo
problema. Con ello, desarrollan interacciones entre sí, io que
flexi-biliza la idea de instrucción extema, centrada en el profesor y
genera condiciones de construcción participativa del grupo. En
otro caso, un profesor puede enseñar priorizando su papel de guía,
lo que no impide que existan momentos de instrucción durante la
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secuencia de actividades, sea por la exposición del profesor o por
la lectura de textos. Con ello, se habilita la adquisición del conoci-
miento organizado, como alimento al papel activo del grupo.
Asiinismo, en cualquiera de las orientaciones, la enseñanza
puede enfatizar el tratamiento de la esfera intelectual, la afectiva,
la valorativa o la acción. Aquí también la cuestión es de
orientación: aunque se aborde con mayor énfasis la dimensión
intelectual, los sentimientos y las valoraciones están presentes;
aunque se priorice el desarrollo de la expresividad y la
afectividad, el pensamiento apoya el proceso y nunca está
ausente. En otros términos, todas las áreas de conducta están
presentes en la acción de la enseñanza y en el aprendizaje.
Como síntesis del análisis de las prácticas de enseñanza y
cualesquiera sean las concepciones que la orienten:
• La enseñanza siempre implica intenciones de transmisión cul-
tural de una muy variada gama de contenidos y del desarrollo
de diversas capacidades en quienes aprenden, desde habilidades
y destrezas prácticas, desarrollo del pensamiento, hasta
resolved-problemas, interactuar y participar con otros, o asumir
valores sociales.
• La enseñanza implica necesariamente la propuesta de una
secuencia metódica de acciones, sea con mayor orientación ha-
cia la instrucción o hacia la guía, en la que quienes aprenden
puedan elaborar su aprendizaje, a través de la reflexión interna
o en la actividad participativa.
• Cualquiera sea la decisión de quienes enseñan, ésta deberá
contemplar la coordinación de un sistema de relaciones regu-
ladas entre quienes aprenden, quienes enseñan, los contenidos
que se enseñan y el ambiente, con sus flujos de interacción y
sus recursos reales y potenciales.
• Sea como instrucción o como guía, la enseñanza siempre tiene
implícita la dinámica entre autoridad y autonomía, y sus
resultados son previsibles pero variados y abiertos, como lo son
las personas y los contextos en los que participan.
• Siempre es necesario que quienes enseñan reflexionen sobre
estas cuestiones, ampliando la visión y la conciencia en la
acción de enseñar, y adoptando decisiones válidas y valiosas en
función de una buena enseñanza.