228 Métodos de enseñanza Epílogo 229
probar y experimentar nuevas formas de enseñar, como parte de su compromiso. Quien lo ha leído, muestra ya ese compromiso. Aun dentro de sus límites, este libro( como muchos semejantes) no es apropiado para escépticos.
La enseñanza siempre implica opciones. Toda enseñanza supone, explícita e implícitamente, opciones dentro de un abanico de posibilidades. Estas opciones no sólo son técnicas, sino también culturales, sociales, políticas y personales. Aun si quien enseña no reflexiona conscientemente sobre estas opciones, las mismas siempre estarán presentes, de modo implícito, orientando las decisiones y alcanzando distintos efectos en las prácticas y en quienes aprenden.
La intencionalidad al enseñar implica opciones de transmisión cultural y con el desarrollo de las capacidades y posibilidades de quienes aprenden. En ello, no sólo se involucran capacidades intelectuales, sino de acción práctica, personales, afectivas y sociales.
La transmisión cultural es un procescfflexible y amplio, que implica no sólo la intervención directa y exclusiva de quien enseña, sino la interacción y el intercambio con otros. Tampoco implica sólo la transmisión de conocimientos académicos o de las prácticas culturales dominantes, socialmente legitimadas. Necesitamos una idea de cultura amplia y más auténtica, menos rígida y homogénea, más abierta a la integración de distintas perspectivas y actores, de las distintas formas de manifestación social, la cultura folk o popular, la cultura juvenil, y las nuevas herramientas culturales de información y conocimiento.
La tarea de la educación y de la enseñanza es facilitar la mediación entre estas múltiples formas de transmisión, a través de la interacción con otros, de la integración de los distintos lenguajes y herramientas culturales, ampliando la posibilidad de individuos y grupos para acceder a nuevas perspectivas y culturas que están habitualmente fuera de su alcance.
El aprendizaje también constituye un vasto espacio de posibilidades. Desde el punto de vista cognitivo, los estudios actuales dicen que sólo usamos un porcentaje muy restringido de las posibilidades del cerebro humano. Parafraseando estas observaciones, podemos decir que la enseñanza, cuando se convierte en rutina, utiliza y desarrolla un muy limitado espacio de las posibilidades que ofrece el aprender.
En la enseñanza se tiende a explorar poco la relación entre la comprensión intelectual y las emociones. Si aún pensamos que lo intelectual se restringe a la enseñanza de matemática o de las ciencias, estaremos dejando fuera una amplia gama de opciones. Si también pensamos que la enseñanza se reduce a la transmisión académica, dejaremos afuera la enseñanza sistemática de habilidades prácticas y operativas, sea para continuar aprendiendo o para la acción en contextos diversos a las aulas. Cuando esto ocurre, los aprendizajes que se alcanzan( en el mejor de los casos) son aquellos que requiere el programa de estudios, dentro de sus marcos, para aprobar los exámenes. En otras palabras, se desarrolla un " círculo vicioso "( no virtuoso) de aprendizajes " endogámicos ", solicitados por las exigencias escolares, y no los que se necesitan para la vida, para el desarrollo personal y la participación social.
En particular, la enseñanza requiere estrategias con textual izadas. Los métodos constituyen una estructura de sostén, como andamies para la enseñanza, apropiados para distintas intenciones educativas y diversos contenidos. El desarrollo de las propias estrategias docentes implican decisiones que tengan en cuenta las características y necesidades de quienes aprenden, el contexto social y local, las potenciales del ambiente de aprendizaje. Con-textualizar no implica reducir las opciones a lo mínimo, con el argumento de " con esto no se puede ", sino explorar al máximo las posibilidades y potencialidades de quienes aprenden.
Finalmente, los profesores desarrollan sus intenciones y sus propuestas en el marco de instituciones educativas y de currícu-los, con sus lógicas, sus valores, sus posibilidades y sus limitaciones. En particular, los profesores tienen un amplio espacio de posibilidades para priorizar los contenidos que enseñan, analizando su valor y significación. También cuentan con un espacio aún más amplio para construir y elegir las formas más apropia-das para enseñarlos y las formas más valiosas para evaluar los progresos de los alumnos o apoyar sus dificultades.
Las instituciones y los currículos son objetos frecuentes de pcv líticas de reformas. Hasta podría decirse que el reformismo es im