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copilar informaciones acerca de los aprendizajes alcanzados por los estudiantes, registrar sus logros o dificultades y reunir evidencias sobre ios resultados alcanzados. La apreciación informal del profesor no es suficiente.
Reunir y organizar estas informaciones permite que la evaluación sea pública y pueda compartirse con los estudiantes, con sus familias y con los otros profesores. Asimismo, las escuelas y centros educativos o de formación también necesitan el registro de estas informaciones, sea para la promoción de los estudiantes de un curso a otro, o para tener evidencias de aquellos alumnos que requieren apoyos.
Para ello, es importante que los profesores reconozcan y recuperen la variedad de aprendizajes que su enseñanza persigue intencionalmente y el tipo de informaciones necesarias para evaluar sus logros. Este reconocimiento orientará la selección de las estrategias y los instrumentos útiles para reunir la información. No se trata de realizar un desgaste de esfuerzos y recursos en recopilar informaciones innecesarias. No se evalúa mejor por acumular un gran caudal de datos innecesarios. Esto ocurre, en general, cuando no se tiene claro qué es lo que se busca evaluar.
Sin embargo, los profesores acaban realizando una excesiva economía de recursos en la evaluación, generalmente utilizados al cierre de la enseñanza. En las prácticas tradicionales y más difimdidas, los profesores tienden a privilegiar el uso de pruebas cognitivas, sean de redacción( por el desarrollo de un tema), cuestionarios( listas de pregmitas) o de opciones múltiples estandarizadas( selección de la respuesta correcta), incluyendo exámenes orales sobre los conocimientos de todo un curso. Estas pruebas y exámenes han sido ampliamente cuestionados en la literatura pedagógica y, en algunos casos, hasta se ha impulsado su eliminación. Sin caer en extremos, algunos de los argumentos a favor de su utilización indican que las pruebas y los exámenes colaboran para que los estudiantes integren las distintas tareas que han ido realizando, repasen en su totalidad los contenidos enseñados, se esfuercen y comprometan con su rendimiento e, incluso, superen algunas de sus dificultades en el proceso al revisar en su conjunto lo apren- dido. Por otro lado, es difícil que se supriman estas modalidades de evaluación cognitiva, cuando están suficientemente arraigadas en las instituciones y aun en las expectativas de los alumnos y familias.
No obstante, es importante reconocer y evitar los efectos negativos y perjudiciales, en particular en los casos en los que se utilizan pruebas o exámenes de rendimiento en forma regular y como modalidad central de las evaluaciones, como:
• Frustrar y desmotivar a los estudiantes con mayores dificultades.
• Fomentar el uso competitivo de los resultados, en particular en los estudiantes de mejor rendimiento.
• Alentar la sola valoración instrumental del aprendizaje( para promover el curso) en detrimento de los más valiosos.
• Generar ansiedad, particularmente a través de exámenes o pruebas finales extensas.
• Afianzar la idea de la evaluación como algo que ocurre " al final " de la enseñanza y no algo que acompaña cada una de sus tareas. Í-
• Fortalecer la visión de " los buenos alurrmos " como aquellos que alcanzan altos puntajes( éxitos) en pruebas cognitivas, en detrimento de que sean mejores estudiantes( más reflexi vos y con más iniciativa y creatividad) y mejores personas.
Finalmente, es necesario destacar que gran parte de la va liosa gama de aprendizajes que se espera impulsar a través de la enseñanza no son posibles de evaluar por pruebas escritas, exámenes o cuestionarios académicos. Estas informaciones se recogen y registran a través de distintas estrategias e instru mentos y a lo largo de la enseñanza.
LA EVALUACIÓN AUTÉNTICA Y NUEVAS ESTRATEGIAS DE EVALUACIÓN
La evaluación implica una valoración integral e integrada de la variedad y la riqueza de aprendizajes propuestos por la enseñanza. Reducirla a pruebas de conocimientos acaba desvalorizando o simplemente eliminando aquellos propósitos. Aun desde lo cognitivo, estas formas clásicas de evaluación