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214 Métodos de enseñanza sible, si se realiza una retrospectiva histórica de estos procesos en las escuelas, los que también podían derivar en castigos corporales o morales. La evaluación se desarrolló, en gran medida, como un factor disciplinador de la conducta y como instrumento de control. Sin embargo, es imposible suspender la evaluación en la en- señanza y en las escuelas, tampoco es razonable pensarlo o pro- ponerlo. La evaluación es inherente a la enseñanza. Como en cualquier actividad comprometida con intenciones y objetivos, la enseñanza siempre requiere de la valoración de los avances, los logros y las dificultades. Asimismo, es razonable que los es- tudiantes (y los padres) quieran comprender sus logros y los problemas, así como los apoyos necesarios para superarlos. En cambio, sí es posible mejorar y ampliar sus estrategias, para que la evaluación contribuya con el desarrollo de los alumnos y con la mejora de la enseñanza misma. Para ello, es importante comprender que la evaluación es un proceso que valora la evolución de los alumnos hacia los objetivos de la enseñanza y sus propósitos más significativos, y que tiene efectos sustantivos en el desarrollo de los estudiantes. También implica entender que la evaluación puede reorientarse, haciéndola más auténtica y valiosa. Corresponde, asimismo, revisar las estrategias, los métodos y los parámetros que pueden ser relevantes y congruentes con esos objetivos. Finalmente, se trata de comprender que la evaluación es base para la mejora misma de la enseñanza. LA EVALUACIÓN COMO PROCESO La evaluación es un componente íntimamente integrado a la enseñanza, acompaña y apoya todo el proceso, y no sólo constituye un momento puntual que sólo ocurre al final, una vez que ya se completó la secuencia de enseñanza programada. Ante todo, se requiere reconocer que la evaluación se desarrolla en un proceso continuo, cumple con diversas funciones y brinda un abanico de informaciones. En este proceso, pueden diferenciarse distintas "caras" de la evaluación: la diagnóstica, la formativa y la recapituladora. íl Evaluación 215 Estas caras no deben ser comprendidas como fases o etapas sucesivas en el tiempo, en sentido lineal, sino como manifes- taciones distintas y complementarias de un mismo proceso, respondiendo a diferentes propósitos. Cada una de ellas está presente en la enseñanza, con mayor o menor peso, según las necesidades de su desarrollo. La evaluación diagnóstica es comúnmente asociada a un mo- mento evaluativo inicial, en los primeros contactos con el grupo de alumnos. Pero, en verdad, los docentes la realizan en forma constante. En el momento inicial, la evaluación permite valorar: • las características socio-culturales de los estudiantes, • sus capacidades, intereses y potencialidades, • sus conocimientos previos y sus posibles dificultades. Esta valoración refiere tanto al grupo como conjunto y a los individuos particulares. En este sentido, la evaluación facilita las decisiones previas del docente, a la hora de programar la enseñanza. En ello se incluye, también, la identificación de los recursos de enseñaruÍTque pueden ser movilizados y el análisis del contexto, entre otras importantes cuestiones. En este momento, la evaluación nos apoya en la misma construcción del programa Pero la evaluación diagnóstica también es realizada durante la enseñanza y a lo largo del proceso. Se dirige a detectar dónde están las dificultades de los alumnos y el ponqué de las mismas. Buena parte de estas valoraciones se realizan de modo informal y son continuas: interpretando las respuestas de los alumnos, sus percepciones y dificultades, analizándolas en función de los desafíos y el contexto personal inmediato. Dada esta informalidad, los profesores deberán estar atentos a ciertos riesgos. Cuando se refiere a ciertos grupos de alumnos o de personas individuales, es importante evitar los preconceptos sociales o los etiquetamientos (por ejemplo, rendimientos pasados del alumno) y, en lo posible, buscar otras informaciones y fundamentar algunas apreciaciones. En el desarrollo de la enseñanza, la evaluación formativa acompaña las distintas actividades de aprendizaje de los alumnos y orienta para tomar decisiones en la marcha del