Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 145
galletitas posibles, más galletitas Girl Scout de las que
había vendido nadie hasta ese momento.
Pero el deseo solo no basta. Para que su sueño se
hiciera realidad, Markita sabía que necesitaba un plan.
Su tía le aconsejó.
-Usa siempre el atuendo correcto, tu ropa profesional.
Cuando haces negocios, vístete para hacer negocios.
Lleva tu uniforme de Girl Scout. Cuando vayas a ver a
la gente en sus edificios de departamentos a las cuatro
y media o las seis y media y especialmente el viernes a
la noche, busca un pedido grande. Sonríe siempre, y
compren o no, sé siempre simpática. Y no les pidas que
compren tus galletitas; pídeles que inviertan.
Muchas otras scouts debían querer también ese viaje
por el mundo. Muchas otras scouts tendrían un plan.
Pero solamente Markita salía con su uniforme todos los
días después del colegio, lista para pedir, y no dejar de
pedir a la gente que invirtiera en su sueño. “Hola.
Tengo un sueño. Vendiendo galletitas Girl Scout me
gano un viaje por el mundo para mamá y para mí –
decía en cada puerta-. ¿Le gustaría invertir en una caja
de una o dos docenas de galletitas?
Ese año, Markita vendió tres mil quinientos veintiséis
cajas de galletitas Girl Scout y ganó el viaje por el
mundo. Desde entonces, vendió más de cuarenta y dos
mil cajas de galletitas Girl Scout, habló en
convenciones de ventas en todo el país, fue
protagonista de una película de Disney sobre su