Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 144
Bob Proctor
Pide, pide, pide
A la mejor vendedora del mundo, ahora no le importa
que le digan que es una chica. Es que desde chica,
Markita Andrews generó más de ochenta mil dólares
vendiendo galletitas Girl Scout.
Yendo de puerta en puerta, la penosamente tímida
Markita se transformó en una máquina de vender
galletitas cuando, a los trece años, descubrió el secreto
de la venta.
Empieza con el deseo. Un deseo ardiente, que
consume.
El sueño de Markita y de su madre, que trabajaba
como mesera en Nueva York desde que el marido las
dejó cuando la niña tenía ocho años, era viajar por el
mundo. –Trabajaré mucho y ganaré dinero suficiente
para mandarte a la universidad -dijo un día su madre-.
Estudiarás y cuando te recibas, ganarás el dinero
necesario para que viajemos las dos por el mundo. ¿De
acuerdo?
Así, a los trece años, cuando Markita leyó en su
revista Girl Scout que la scout que vendiera más
galletitas ga