Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 143

No había terminado de escribirla cuando alguien dijo: -No puedes hacer un programa para todo Canadá. No tenemos emisoras en todo Canadá. Era una objeción absolutamente válida. Sólo tenían estaciones de radio en Ontario y Quebec. Templeton respondió: -Esto es lo que podemos, de modo que queda. –Pero en realidad era una objeción sólida porque las radios son muy competitivas. Normalmente no trabajan juntas y lograr que lo hagan es virtualmente imposible, dado los criterios en vigor. De repente, alguien sugirió: -Podríamos pedirles a Harvey Kirk y Lloy Robertson que hagan el programa. Son los principales nombres de la radiodifusión canadiense. Al llegar a ese punto ya era increíblemente asombroso con qué rapidez y entusiasmo empezaban a fluir ideas creativas. Eso fue un viernes. Para el martes siguiente, habían conseguido que cincuenta emisoras de radio de todo el país emitieran el programa. No importaba de quién era el mérito en tanto la gente de Barrie obtuviera el dinero. Harvey Kirk y Lloyd Robertson presentaron el programa y lograron reunir 3 millones de dólares en 3 horas durante 3 días laborables. Como vemos, podemos hacer cualquier cosa si nos concentramos en cómo hacerla y no en por qué no podemos hacerla.