Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 112
No sé. Miro el diario. Mi equipo de fútbol perdió,
como todos los últimos viernes. Alguien está enojado
con alguien, pero no veo quiénes son, porque el pie de
Aaron está en el camino. No sé, pero mi sensibilidad
neurótica, adictiva de clase media me dice que este
momento es muy importante, un momento en el cual se
definen formas en que Aaron construirá su mundo. O
tal vez mi sensibilidad neurótica, adictiva de clase
media me hace creer eso. Si la vida y la muerte son una
ilusión, ¿cómo voy a jugar con la forma en que alguien
las entiende?
En la mesa, Aaron juega con un soldadito; le levanta
los brazos y lo hamaca sobre sus piernas. Entonces
puedo ver quién se enojó con quién, pero ya no
importa.
No debo jugar con la forma en que Aaron entiende la
vida y la muerte porque quiero que tenga un sentido
sólido de la estructura, un sentido de la permanencia de
las cosas. Es obvio lo bien que estuvieron conmigo las
monjas y los curas. Era la agonía o el éxtasis. El cielo y
el infierno no estaban conectados por un servicio de
larga distancia. Uno estaba en el equipo de Dios o
estaba en el horno, y el horno estaba caliente. No
quiero que Aaron se queme, pero quiero que tenga una
estructura fuerte. La neurótica, inconfesable angustia,
puede venir más tarde.
¿Es posible? ¿Es posible tener la idea de que Dios, el
espíritu, el karma, H, Y, Z, o algo es trascendente, sin