Canfield Jack - Chocolate Caliente Para El Alma Jun. 2016 | Page 111

-¿Y Ben? -Sí. Tú y yo y mamá e Isaac y Ben. -Tenemos una larga vida por delante. Hasta que toda la gente se muera. -¿Qué quieres decir con eso? Aaron se sienta sobre la mesa, con las piernas cruzadas como un Buda en el medio de mi diario. -¿Qué quieres decir con eso de “hasta que toda la gente se muera”, Aaron? -Tú dijiste que todo el mundo se muere. Cuando todo el mundo se muera, volverán los dinosaurios. Los hombres de las cavernas vivían en cavernas, cavernas de dinosaurios. Entonces, los dinosaurios volvieron y los desalojaron. Me doy cuenta de que para Aaron la vida ya es una economía limitada, un recurso con un principio y un fin. Se ve a sí mismo y a nosotros en algún lugar de esa trayectoria, una trayectoria que termina en incertidumbre y pérdida. Me veo frente a una decisión ética. ¿Qué debo hacer ahora? ¿Tratar de darle un Dios, una salvación, la eternidad? ¿Debo darle alguna perorata como “tu cuerpo es sólo un caparazón y cuando mueras, estaremos todos juntos en espíritu para siempre”? ¿O debo dejarlo con su incertidumbre y su angustia porque creo que es real? ¿Debo tratar de convertirlo en un existencialista ansioso o debo tratar de hacerlo sentir mejor?