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INICIOS DE ENRIQUE RODRÍGUEZ CAL
EL BOXEO AMATEUR ESPAÑOL EN LA DÉCADA DE LOS 60
María Teresa Calle Molina
RESUMEN
La primera medalla olímpica de boxeo en unos Juegos Olím-
picos en la historia de España obtenida por Enrique Rodrí-
guez Cal, coincide con la irrupción del boxeo amateur en
las décadas de los sesenta y setenta. Las grandes diferencias
socioeconómicas, políticas y culturales de aquel periodo con
las de la actualidad implican la necesidad de recabar infor-
mación sobre cómo era este deporte y los distintos agen-
tes que estaban implicados en él y de qué manera influyeron.
La falta de recursos económicos en el inicio de la trayectoria
deportiva de Enrique Rodríguez Cal y la precariedad
de infraestructuras deportivas no supusieron un impedimen-
to para las numerosas victorias en el campo amateur español
de boxeo que obtuvo.
JOSÉ ENRIQUE RODRÍGUEZ CAL: SUS COMIENZOS
José Enrique Rodríguez Cal nació el 17 de noviem-
bre de 1951 en Carreño, Candás, (Asturias). Pro-
viene de una familia humilde de cuatro hermanos.
Su madre trabajó en una fábrica de conservas y su
padre en la mina y como peón en Ensidesa. Cuando
Enrique contaba con cinco años de edad su fami-
lia se trasladó a Valliniello, lugar que él recuerda
como “un poblado al lado del monte, de casas muy
humildes, sin agua corriente”. Vivían en dos habita-
ciones y compartían cocina con otra familia. Debido
al comienzo de trabajo de su padre en la empresa
Ensidesa pudieron habitar una de las casa del barrio
de la Luz que esta empresa construyó para los traba-
jadores
En 1964 su hermano Avelino comenzó a tener con-
tacto con el boxeo gracias a un vecino de la familia,
Abel Martínez Sedeño, un boxeador aficionado que
le inició en los gimnasios de la zona. Ya que Avelino
iba a entrenar directamente después de su jornada
laboral, Enrique se encargaba de llevarle la mochila
con su ropa desde Valliniello hasta Avilés, a unos
cuatro kilómetros de distancia, pues la situación
económica familiar no le permitía costearse el auto-
bús que, como el mismo explica “no teníamos esas
tres pesetas o dos, no recuerdo muy bien, que valía Acompañando a su hermano Avelino recuerda que él
el autobús”, aunque contaba el apoyo familiar para
“era el que le limpiaba los guantes y el que le enrollaba
asistir puntualmente a los entrenamientos.
las vendas”. El olor a linimento Sloan de los masajes
en el vestuario y el ambiente fue lo que le cautivó.
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