CANDÁS MARINERO REVISTA NUMERO 47 CANDÁS MARINERO | Page 7

INICIOS DE ENRIQUE RODRÍGUEZ CAL EL BOXEO AMATEUR ESPAÑOL EN LA DÉCADA DE LOS 60 María Teresa Calle Molina RESUMEN La primera medalla olímpica de boxeo en unos Juegos Olím- picos en la historia de España obtenida por Enrique Rodrí- guez Cal, coincide con la irrupción del boxeo amateur en las décadas de los sesenta y setenta. Las grandes diferencias socioeconómicas, políticas y culturales de aquel periodo con las de la actualidad implican la necesidad de recabar infor- mación sobre cómo era este deporte y los distintos agen- tes que estaban implicados en él y de qué manera influyeron. La falta de recursos económicos en el inicio de la trayectoria deportiva de Enrique Rodríguez Cal y la precariedad de infraestructuras deportivas no supusieron un impedimen- to para las numerosas victorias en el campo amateur español de boxeo que obtuvo. JOSÉ ENRIQUE RODRÍGUEZ CAL: SUS COMIENZOS José Enrique Rodríguez Cal nació el 17 de noviem- bre de 1951 en Carreño, Candás, (Asturias). Pro- viene de una familia humilde de cuatro hermanos. Su madre trabajó en una fábrica de conservas y su padre en la mina y como peón en Ensidesa. Cuando Enrique contaba con cinco años de edad su fami- lia se trasladó a Valliniello, lugar que él recuerda como “un poblado al lado del monte, de casas muy humildes, sin agua corriente”. Vivían en dos habita- ciones y compartían cocina con otra familia. Debido al comienzo de trabajo de su padre en la empresa Ensidesa pudieron habitar una de las casa del barrio de la Luz que esta empresa construyó para los traba- jadores En 1964 su hermano Avelino comenzó a tener con- tacto con el boxeo gracias a un vecino de la familia, Abel Martínez Sedeño, un boxeador aficionado que le inició en los gimnasios de la zona. Ya que Avelino iba a entrenar directamente después de su jornada laboral, Enrique se encargaba de llevarle la mochila con su ropa desde Valliniello hasta Avilés, a unos cuatro kilómetros de distancia, pues la situación económica familiar no le permitía costearse el auto- bús que, como el mismo explica “no teníamos esas tres pesetas o dos, no recuerdo muy bien, que valía Acompañando a su hermano Avelino recuerda que él el autobús”, aunque contaba el apoyo familiar para “era el que le limpiaba los guantes y el que le enrollaba asistir puntualmente a los entrenamientos. las vendas”. El olor a linimento Sloan de los masajes en el vestuario y el ambiente fue lo que le cautivó. 7