CAMPEONATO DEL MUNDO ARGENTINA 1990
En esta fase final el paseo balcánico hacia el título mundial comienza con el varapalo propinado
a Brasil (105-86) maquillado por los 40 puntos de Oscar, insuficientes ante el bloque de Ivkovic y
continúa con la humillación de los soviéticos (100-77). Petrovic apenas jugó por una gripe pero
Kukoc se encargó de dirigir a la perfección las hostilidades con un baloncesto tan práctico como
bello.
En la última jornada, Ivkovic dio descanso a sus mejores hombres ante Grecia que “sólo” perdió
por una diferencia de diez puntos (77-67). Mientras los diezmados soviéticos encontraban el
rumbo perdido de la mano de Valeri Tikhonenko, quien con sus 38 puntos resultó vital para el
triunfo ante Brasil (110-100) que les valdría el pase a semifinales, al haberse impuesto
previamente a los helenos con un concluyente 75-57.
En el otro grupo, las carencias de Estados Unidos se manifiestan de inmediato: a su excesiva
juventud unen una gran dependencia de Kenny Anderson y Alonzo Mourning, agudizada tras la
lesión de Billy Owens. El base y el pívot resultaron decisivos para lograr una agónica victoria
contra Argentina (104-100) y salvaron el desastre ante Australia (79-78) después de remontar
una diferencia de 13 puntos en siete minutos. Puerto Rico les devolvió a la realidad al vencerles
por 81-79 con un excelente “Piculin” Ortiz autor de 22 puntos. La derrota de Estados Unidos
rompía las previsiones y propiciaba unas semifinales entre yugoslavos y estadounidenses, por un
lado, y soviéticos y portorriqueños, por otro. Los cálculos yugoslavos se vinieron abajo, contaban
con haberse enfrentado a un rival de menor entidad que Estados Unidos en la semifinal para
plantarse en la final con un menor desgaste. Vana preocupación, por otra parte, dado el potencial
de unos y otros.
El encuentro entre los pupilos de Ivkovic y los de “Mister K”, se podía comparar con el de un
equipo de la NBA frente a otro universitario. Los yugoslavos cuentan en sus filas con Petrovic,
Divac, Paspalj, que han jugado en la NBA esa misma temporada, mas Toni Kukoc, dispuesto a dar
el salto a Chicago en fechas próximas; los estadounidenses poseen futuro, y varios de ellos
triunfarán pronto en la máxima competición profesional. Pero ese 18 de agosto todo esto les
queda muy lejano.
Sin embargo, los norteamericanos sacan a relucir su orgullo, defienden con tenacidad y Mourning
se muestra intratable bajo los tableros (26 puntos). Vanos intentos todos ellos contra un equipo
que encuentra en los lanzamientos de tres puntos la panacea que aliviará todos sus males
(11 de 19 intentos). Drazen Petrovic se convirtió en una pesadilla para Kenny Anderson
(31 puntos, 6 triples), pero los estadounidenses cayeron con honor (98-91).
La derrota, además de impedirles defender el título conquistado en Madrid cuatro años antes,
añadirá argumentos al debate sobre las diferencias entre los noveles estadounidenses y los
veteranos del resto del mundo. El desequilibrio finalizará con la decisión norteamericana de
acudir a los Juegos de Barcelona con un equipo plagado de estrellas de la NBA: las derrotas
en Seúl y Buenos Aires aceleraron el nacimiento del “Dream Team” y sus sucesivas versiones.
La Unión Soviética, en su mejor versión de este campeonato, no tiene problemas para acceder a
la final al imponerse a Puerto Rico por un claro 98-82. el equipo dirigido por Vladas Gartastas
-seleccionador lituano en Barcelona’92- ha adquirido mayor empaque con el paso de los partidos,
la mayor aportación de Tikhonenko y la aparición de Bazarevich. Los portorriqueños, excesivamente
nerviosos, dilapidan parte del crédito obtenido por su buena trayectoria, pero se retiran al vestuario
convencidos de que podían obtener la medalla de bronce.
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FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ