CAMPEONATO DEL MUNDO ARGENTINA 1990
FRACASOS DE ESPAÑA E ITALIA
La experiencia de 24 equipos ensayada en España había fracasado a causa del bajo nivel de
muchos de los países y en Argentina se limitaron a 16, repartidos en cuatro grupos. Los dos
primeros de cada grupo se clasificaban para la fase final que se disputaría en dos grupos por el
sistema de liguilla para delimitar los habituales cruces que decidirán los puestos finales; los dos
equipos peor clasificados de cada grupo purgaran sus penas en Salta disputando una
intrascendente fase de consolación.
Yugoslavia y Venezuela abren fuego en el grupo A, enclavado en la ciudad de Santa Fe a orillas del
río Paraná. La selección balcánica se impone con más apuros de los previstos (92-84) ante un
buen conjunto que tiene a su máximo puntal en Carl Herrera. Puerto Rico regresa al Mundial con
ganas renovadas y buenos argumentos, tras el fiasco que supuso para ellos la temprana
eliminación en la edición anterior y cuentan con un notable juego interior basado en José “Piculin”
Ortiz y Ramón Rivas, mientras que Jerome Mincy aporta tiro exterior.
Los portorriqueños se imponen con apuros a Angola (78-75), mejoran frente a Venezuela (88-74) y
asisten incrédulos a una vergonzosa actuación de los yugoslavos que no pondrán ningún empeño
en ganar en la última jornada -19 puntos anotados en la segunda mitad-, quizá esperando un
cruce mas tranquilo en semifinales, aun a costa de caer en un grupo más complicado.
Brasil acude a Rosario, muy cerca de Santa Fe, con el mismo bloque de los años anteriores con
los Oscar, Marcel, Gerson, Israel y compañía, pero enfrente se encuentra Australia, un conjunto
en alza que con Andrew Gaze y Luc Longley había obtenido la cuarta plaza en los Juegos de Seúl.
Completaban el grupo, la República Popular China e Italia.
Los italianos se encuentran en plena reconstrucción de su equipo y mermados en el puesto de
pívot al causar baja por lesión Magnífico, Costa, Binelli y Rusconi. La presencia de Riva y
Brunamonti, su mejor baza, les permite abrigar esperanzas, pero los antecedentes vividos en los
recientes Juegos de la Amistad disputados en Seattle resultaban muy preocupantes: Australia les
había borrado de la cancha con un concluyente 106-78.
Brasileños, australianos e italianos se impusieron sin problemas a China y entablaron una
cruenta pelea por las dos plazas en litigio. Brasil tomó ventaja al imponerse a Italia (125-109)
una jornada antes de que estos sorprendieran a los australianos (94-89). Todo parecía decidido
a favor de Brasil e Italia pero la reacción de Gaze y los suyos no se hizo esperar: un triunfo frente
a Brasil en el último segundo de la última jornada (68-69) les franqueó el pase a la fase final por
mejor basket-average.
Estados Unidos había recibido un impacto tremendo tras su derrota en los Juegos Olímpicos de
Seúl. Para los norteamericanos, perder en los Mundiales resultaba soportable y casi anecdótico,
pero hacerlo en unos Juegos era inadmisible. El hecho de que un equipo con Mitch Richmond,
Danny Manning, Stacey Augmon, Dan Majerle y David Robinson es sus filas quedara relegado a
la tercera plaza en Seúl había abierto el debate sobre las posibilidades se sus jóvenes talentos
ante los expertos yugoslavos y soviéticos. La conclusión generalizada iba en la línea de que las
distancias se habían acortado y de que sus jugadores universitarios –que cada vez saltaban
antes a la NBA- carecían de la experiencia necesaria ante esos rivales.
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FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ