CAMPEONATO DEL MUNDO FILIPINAS 1978
Australia muestra progresos en el tercer grupo y consigue dejar en la cuneta (71-68) a
Checoslovaquia cuya renovación no ha dado los frutos esperados tras la marcha de los
Bobrovsky, Zidek y Zednicek, mientras que Brabenec y Kropilak solos son incapaces de sacar
las castañas del fuego. Estados Unidos debutan con susto ante los australianos (77-75) y ganan
sin dificultades a los checos (96-79) y dominicanos (104-65).
La selección de Estados Unidos merece un pequeño análisis. La FIBA durante la disputa del
Mundial de Puerto Rico, tomó la decisión de expulsar de su organización a la AAU (Unión Atlética
Amateur), que desde 1932 representaba al baloncesto estadounidense, e inscribir en su lugar a
la ABAUSA (Asociación de Baloncesto Aficionado de Estados Unidos). Durante esos días, mantuvo
varias reuniones con los nuevos representantes federativos norteamericanos para intentar que
subiera el nivel de sus equipos en los campeonatos.
La ABAUSA cumplió su compromiso en los Juegos Olímpicos de Montreal, ganados con autoridad
por un equipo en el que destacaron Adrián Dantley, Phil Ford, y Walter Davis. Pero en Manila
vuelven a las andadas; los mejores universitarios no son convocados y en su lugar se envía a una
suerte de embajada religiosa agrupada bajo el lema “atletas en acción” entre los que destacaba
e l pívot (2,15m) Ralph Drollinger, famoso por haber rechazado una oferta de medio millón de
dólares por jugar en la NBA. Muy buenos chicos todos ellos, pero bastante discretos dentro de
una cancha de baloncesto.
La decisión tomada por las autoridades estadounidenses molestó muchísimo en el seno de la
FIBA y se llegó incluso a plantear la posibilidad de excluirles de futuros campeonatos, pero
finalmente todo quedó solventado con nuevas promesas cara a la próxima cita.
CENTIMETROS SOVIETICOS
Los Juegos Olímpicos de Montreal supusieron para la Unión Soviética un nuevo tropiezo con su
“bestia negra”. Yugoslavia no se resignaba a ceder el terreno ante su gran enemigo y los
Kikanovic, Dalipagic, Cosic, Slavnic, Delibasic, y demás talentos balcánicos se tomaron muy
pronto la revancha de la derrota sufrida en Puerto Rico. Aquel fiasco en tierras canadienses había
significado la “purga” del seleccionador Kondrashin y el retorno de Gomelski.
Pocos días antes de iniciarse el campeonato se conocía el fallecimiento del pívot Alexander Belov,
caído en desgracia tras los Juegos Olímpicos de Montreal, y que había pasado una temporada en
prisión; unos decían que por cuestiones políticas y otros que a causa del contrabando realizado,
a pequeña escala, por casi todos los deportistas soviéticos en aquellos tiempos. Todavía no se
había establecido la “perestroika” y poco se supo de las causas reales del fallecimiento de uno
de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos y autor de la célebre canasta de la final
Olímpica de Munich.
La baja de Belov no restaba posibilidades dentro de la zona a los soviéticos. Gomelski contaba
con los 2,20 de Vladimir Tkachenko y los 2,14 de Alexander Belostenny, y en el perímetro con una
batería de tiradores letales como Sergei Belov, Iovaisha, Myshkin, Eremin... Sus posibilidades
para revalidad el título eran muchísimas.
A la primera de cambio el combinado estadounidense demostró que era muy bueno con la Biblia
en la mano... pero bastante flojo manejando el balón. Estados Unidos pierde ante Italia (81-80),
Yugoslavia (100-93), Brasil (92-90) y la Unión Soviética (97-76) sin que sus triunfos ante Canadá
(96-90) y Filipinas (100-70) les sirvan para luchar por las medallas.
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FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ