CAMPEONATO DEL MUNDO YUGOSLAVIA 1970
La desconfianza balcánica aumento con las primeras actuaciones soviéticas en la localidad de
Karlovac, muy próxima a Zagreb. No era el grupo C muy potente, pero la Unión Soviética se
mostró intratable e insolente. Tras calentar sus motores con una victoria cómoda pero sin
avasallar ante Uruguay (71-53), los de Gomelski se dieron sendos banquetes ante Panamá
(110-52) y la RAU (121-50). Nunca se había visto nada igual en un Mundial; los organizadores
empezaron a temer por las posibilidades yugoslavas, y comenzaron a poner obstáculos en el
camino soviético.
SIEMPRE BRASIL
Estados Unidos, Checoslovaquia, Brasil, Italia, Unión Soviética, y Uruguay, pasaron a la fase final.
En Ljubljana les esperaba la selección yugoslava apoyada por 12.000 excitadísimos
espectadores que abarrotaron sin cesar el Tivoli y que se distinguieron tanto por su entusiasta
apoyo hacia su equipo como por su animadversión hacia los soviéticos, señalados como el
principal enemigo para sus intereses.
El calendario elaborado por los organizadores supuso el primer obstáculo para los soviéticos:
abrían fuego frente a Brasil. Una pequeña emboscada que les vino muy bien a los anfitriones,
pues ya hemos visto como se las gastaban los brasileños en estas citas mundialistas. El conjunto
sudamericanos había perdido para esta cita al mítico Amaury Passos pero recuperaba al no
menos mítico Wlamir Marques, que al igual que Daneu había anunciado su retirad de la selección
en ese Mundial y que ocupaba plaza en el combinado con todas las de la ley.
Brasil, apabullada por España unas semanas antes y que pasó tantos problemas para doblegar a
Italia en la fase previa, se mantuvo fiel a su historia en los Mundiales y dio una nueva sorpresa al
imponerse (66-64) a una Unión Soviética descentrada, en la que Gomelski no supo nunca
contrarrestar la velocidad de sus rivales y que finalizó defendiendo en zona, algo que hasta
entonces los equipos soviéticos despreciaban.
El primer tiempo, sin embargo, resultó muy favorable para los soviéticos (38-27) que salieron
demasiado confiados ante los luchadores y peligrosos brasileños. Visto y no visto el marcador se
igualó con Ubiratán portentoso. Las salidas por faltas personales obligaron a los brasileños a
jugar los últimos cinco minutos con un solo pívot, el citado Ubiratán, y cuatro pequeños Marques,
Helio, Oliao y “Mosquito”, pero para entonces la moral soviética estaba por los suelos.
Los yugoslavos, que previamente habían vencido con muchos apuros y alguna “ayudita” arbitral a
Italia, comenzaban a hacer cálculos. La derrota soviética les allanaba un poco el camino hacia el
oro, pero aquello no había hecho sino comenzar. Su objetivo era llegar a la última jornada que les
enfrentaría a la Unión Soviética con todo decidido, por lo que tenían prohibido fallar.
La segunda jornada mantuvo las cosas en su sitio. Checoslovaquia pago las iras soviéticas
(98-72), Uruguay se que do en unos paupérrimos 39 puntos ante Estados Unidos ofreciendo una
imagen tan deprimente que muchos se acordaron de ausentes como España, y Brasil prolongó su
carnaval con un triunfo trabajado (69-59) ante Italia. Normalidad que precedía a dos jornadas en
las que podían aclararse muchas cosas.
47
FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ