CAMPEONATO DEL MUNDO BRASIL 1954
Maracaná), tenía una capacidad para 35.000 personas y era una de las mejores instalaciones
de la época.
VETO A LOS PAISES SOCIALISTAS
Tras los problemas que surgieron en Buenos Aires con la presencia de diez equipos, los
organizadores decidieron aumentar el número de países hasta la docena, de manera que el
formato de competición fuera más racional. Los doce equipos quedaban encuadrados en cuatro
grupos de tres cada uno que jugaban una pequeña liguilla, de manera que los dos mejores
equipos de cada grupo se reunían para jugar la fase final del campeonato, también en la
modalidad de todos contra todos. Por otra parte, los cuatro equipos colistas en sus respectivos
grupos disputaban una fase de consolación.
Esta racionalidad mostrada en el sistema de competición no se aplicó a la hora de seleccionar a
los equipos participantes. El gobierno del presidente Café había roto relaciones diplomáticas con
los países de la órbita soviética y se negó a conceder los visados preceptivos. La Unión Soviética,
medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Helsinki celebrados en 1952 y vigente campeona
europea un año después, se quedó fuera del certamen. Junto a los soviéticos también
padecieron el boicoteo Hungría y Checoslovaquia, segundo y cuarto clasificados en la
competición continental.
Tras el veto, son invitados Francia, tercer clasificado en el certamen europeo, Israel y ¡Yugoslavia!,
país que curiosamente sí tenía el reconocimiento internacional de las autoridades brasileñas
pese a su régimen comunista y que se había escapado sin sanción después de no presentarse
ante España en el primer Mundial.
Por otra parte, los organizadores consiguen que la FIBA otorgue siete plazas para equipos
americanos, algo a todas luces desproporcionado y que éstas sean ocupadas por invitación
previa. No había demasiado margen de maniobra y a Río acuden las mejores selecciones del
Nuevo Continente -Canadá, Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Chile y el equipo anfitrión- a
excepción de México que declina la invitación y que es sustituido por un flojísimo Perú, que no
podía eludir la última plaza del campeonato. La ausencia de Argentina no debe de extrañar ya
que aquel conjunto campeón en Buenos Aires cuatro años antes se había descompuesto por las
acusaciones de profesionalismo vertidas contra sus miembros. Filipinas y Formosa (Taiwán) son
los países seleccionados por el continente asiático, sin que en este caso se puedan poner
reparos a la elección, pues se trataba de las dos mejores selecciones de una zona en la que la
pasada guerra mundial todavía pasaba factura.
Así las cosas y tras superar esta larga serie de obstáculos, todo quedó preparado para que el 23
de octubre las delegaciones de los doce países participantes saltaran a la cancha del “Gimnasio
de Maracaná” para la ceremonia de inauguración del II Campeonato del Mundo. Aparentemente
se han soslayado todos los problemas, pero pronto se comprueba que los incidentes continuarán
dentro de la cancha.
ESTADOS UNIDOS DA LA TALLA
El baloncesto estadounidense había demostrado en los Juegos Olímpicos de 1952 disputados
en Helsinki que se encontraba a años luz de distancia del resto de sus rivales. Ni siquiera una
estupenda Unión Soviética, que retornaba a la escena internacional después de la guerra, pudo
hacer frente al combinado norteamericano que se llevó el oro (36-25). Al tiempo que los
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FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ