CAMPEONATO DEL MUNDO
BRASIL
1954
BRASIL
Cuando la FIBA designó en Buenos Aires, durante el desarrollo del Mundial de Argentina, a la ciudad brasileña de Sao Paulo como sede de la segunda edición del Campeonato del Mundo de 1954, nadie podía imaginar el cúmulo de líos que aquella decisión iba a deparar.
Líos que afectarían a la composición de los participantes, al ser vetados por la autoridades brasileñas los países europeos del bloque comunista, y al escenario de la disputa de los partidos que tuvo que ser trasladado a Río de Janeiro al no haber concluido las obras previstas para su disputa en Sao Paulo.
En octubre de 1950, momento en el que se decidió la elección de Sao Paulo como sede del mundial de 1954, Brasil todavía no se ha recuperado de la conmoción sufrida ese mismo año al perder ante Uruguay la final del Mundial de Fútbol. Un mundial organizado a la perfección y sobre cuyo resultado final no cabían dudas o especulaciones. Los brasileños eran infinitamente superiores a todos sus rivales por lo que su primer título mundial parecía asegurado. Pero aquel 1 de julio de 1950 todavía perdura como el día más triste en la historia deportiva de Brasil; aquella tarde, un gol del uruguayo Ghiggia a falta de siete minutos para acabar el partido enmudece el grandioso Maracaná y extiende un aroma de tragedia nacional por todo el país. Lo imposible, como tantas otras veces en el mundo del deporte, se había producido, y Uruguay se proclamó nuevo campeón del mundo de fútbol. Aquella decepción se saldó con varios muertos, algunos de ellos de aficionados que se suicidaron al no superar la ofensa. La concesión de la organización del Mundial de Baloncesto cayó muy bien entre las autoridades y el pueblo brasileño que soñaba con la posibilidad de desquite aunque fuera en otro deporte.
Pero el desasosiego existente en la sociedad brasileña tras el fracaso de su selección de fútbol en 1950 había aumentado en vísperas de disputarse el Mundial de Baloncesto. Getulio Vargas, el hombre que había capitalizado el poder en Brasil durante las últimas décadas, primero como dictador y luego con el respaldo de las urnas, se quitó la vida tras una fortísima campaña en su contra en la que la derecha no cesó de acusarle de corrupto. Su predecesor, que contaba con muchísimos seguidores fieles fue sustituido en el cargo por el vicepresidente Joao Café, quien desde un principio se desligará de las posiciones populistas de Vargas y que hará frente a un clima de agitación popular. Que no dudó en reprimir con dureza.
Ese estado de crispación política y social afecta gravemente a la celebración del campeonato. La ciudad de Sao Paulo, que conmemoraba el cuarto centenario de su fundación, no cumple sus compromisos. La construcción de un nuevo pabellón, requisito indispensable para acoger el certamen, supone un obstáculo insalvable para un país en el que reina el caos. Llegado el momento de la verdad, la cancha donde se deberían disputar los encuentros no tiene la techumbre finalizada porque los arquitectos no han logrado solucionar los problemas surgidos en la construcción de la cúpula. El gobierno de Joao Café decide contrarreloj trasladar el certamen a Río de Janeiro, a un grandioso pabellón anexo a las instalaciones de Maracaná, el mayor estadio de fútbol del mundo. Aquella cancha, conocida como“ Maracanazinho”( pequeño
21 FUNDACIÓN PEDRO FERRÁNDIZ