El tema de los derechos humanos ha adquirido notable difusión en la segunda mitad del siglo XX. La aprobación en las Naciones Unidas del elenco de derechos del ser humano que se reconocen como universales en 1948, marcó ciertamente un hito muy importante en un proceso que tiene hondas raíces en la historia de la humanidad. Y aunque el presente siglo no pueda ser exhibido como un ejemplo de respeto a la dignidad y derechos del hombre debe reconocerse que ha ido creciendo en muchos sectores un gran interés por el tema.
Pero la preocupación por la dignidad humana no es de este siglo. El tema ha ido madurando lentamente hasta alcanzar concreciones jurídicas cada vez más precisas. En este proceso la Iglesia, experta en humanidad, ha contribuido de manera decisiva. Más aún, se puede afirmar que el inicio de una toma de conciencia de la dignidad humana se debe fijar en el mismo Evangelio del Señor Jesús. Y desde entonces la Iglesia ha ido
profundizando en el tema en un proceso que ha ido madurando de acuerdo a las
particulares circunstancias históricas. Así se ha desarrollado una importante reflexión y un
activo compromiso con el ser humano que ha ido edificando tanto unos fundamentos
teóricos antropológicos sobre lo que es ser persona humana, como las bases para una
paulatina concreción jurídica —de la que se pueden mencionar como ejemplos incipientes los Fueros españoles y la Carta Magna de Juan sin Tierra—, (esto según la historia).
Teniendo en cuenta la opinión del padre Abelardo Lobato, Presidente de la Sociedad
Internacional Santo Tomás de Aquino, autor de numerosos trabajos y un especialista en el
tema, este en una entrevista que le hicieron dijo:
-Considero que el aporte de la Iglesia es sustancial. Yo creo que sólo el pensamiento cristiano ha descubierto lo que es el sujeto personal.
LOS DERECHOS HUMANOS A LA LUZ DEL EVANGELIO