BRUJULA TEOLOGICA SEPTIEMBRE 2017 | Page 25

por la obra de Cristo. La gracia es que ni la justicia ni la fe, depende en absoluto de nosotros. El evangelio demanda confiar en la obra justa y en el beneficio gracioso que nos llega por Cristo en su sacrificio sustitutivo.

No obstante, no quedamos libres de la ley; sino sumisos a ella, con la certeza de su cumplimiento por medio de Cristo. No sólo se nos imputa su justicia, sino su obediencia completa. El regalo de la fe, nos deja ver los beneficios del Benefactor al cargar a la cuenta de sus hijos, los alcances y beneficios de su obra sustitutiva. De esta forma, queda la ley cumplida, la justicia satisfecha y sus hijos justificados y cubiertos de su gracia incomparable e inmerecida. ¡Esta es la gracia!

La fe como provisión para entender, disfrutar y confiar en la obra sustitutiva de Cristo implica "estar firme", "inmutable", "fiel". Desde el principio de la revelación histórica de la redención, la gracia es que debemos responder con fe a la obra justa de Cristo. "Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia" (Gn. 15:6). Porque la fe es una manifestación graciosa de su justa redención. "La certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hb. 11:1). Tal bendición como donativo, es exclusivo del Benefactor que beneficia a sus hijos por pura gracia. De tal forma, que la confianza nuestra no sea en nuestras obras de aparente justicia, sino en la obra justa de quien dio su vida para salvarnos de la maldición de la ley. “…no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, …hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”(Gal. 2:16). “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Ef. 2:8).

Lo que podemos decir en este apartado, es que sólo podemos responder al plan salvador de Dios a través de la fe. No hay otra forma o instrumento para tal fin. El arrepentimiento mismo se expresa por fe. También el seguimiento a su palabra santa. Es el medio para creer y confiar en la Gracia. “…si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón… serás salvo. …con el corazón se cree para justicia, …con la boca se confiesa para salvación” (Rm. 10:9-10). “…a fin de que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Rm. 3:26). “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (Hb. 12:2. Por nuestra naturaleza de pecado ¿quién puede confiar en Jesús y su Palabra? ¡Nadie! La buena noticia es que Él mismo se encargó de poner la fe para salvación en nuestro corazón. Por eso es que hoy podemos confiar en Él y su bendita Palabra. ¡Señor Jesús esto también merece ser celebrado exaltando tu hermosa providencia a favor de los pecadores escogidos para salvación!