BRUJULA TEOLOGICA SEPTIEMBRE 2017 | Page 21

se enseña que la justicia nos llega por buenos comportamientos, cumplimiento de unos requisitos o estándares o por seguir al pie de la letra unos códigos de aparente reputación. El fondo de esta conceptualización dice que la gracia nos llega como una obligación o un mérito. Es decir, que Cristo no es, ni puede justificar, sino que tenemos un activo o recursos para responder a las demandas de su gracia. En tal sentido, la gracia no es gracia. Es decir, ¿cuál es la gracia?

Pues si depende de obras de justicia de indignos beneficiarios; no podemos hablar de gracia, sino de recompensa, lo cual desdibuja o anula el hilo conductor de la redención. Dejaría de ser un beneficio como favor, y sería un pago, una recompensa o una compensación a un mérito demostrado. ¿Qué gracia es esto?

Lo primero que debemos considerar o tener como fundamento es que la gracia se circunscribe a una norma o ley que le da el mérito de justicia. Dicho de otra manera, la gracia de la redención o del favor inmerecido es su normatividad. Tal normativa ubica esta verdad en un sentido oficial, judicial y punitivo y por tanto da cimiento al favor. De esta forma, el favor o bondad es acorde a las normas legales o decreto eterno de redención.

Con relación al aspecto legal o judicial de la gracia, la escritura es muy prolija en textos. De esta manera, se muestra que el fundamento o base legal de la gracia es su justicia. Sin un contenido, insumo o regla de medida; es imposible entender, disfrutar y explicar la gracia. Una voluntad expresa, basada en principios absolutos de justica, es el sendero por el que fluye la gracia. Sin tal legalidad; la gracia es sólo un concepto espurio, ficticio y gaseoso. El polo a tierra de la gracia es que tenga un camino, sendero o límites que la regulen y la proyecten. Tal sendero, es su norma o ley. ¡La expresión de su ley es la justicia! Por tanto, la gracia camina o trasega por la senda de la justicia o de sus principios legales, oficiales y absolutos. ¡Esto es una maravilla que le da sentido al mensaje! Entonces la gracia es que el favor o beneficio a indignos beneficiarios, provenga de un Benefactor justo.

La ley impone castigos, desafíos y límites a todos los hombres. La ley expresa el carácter justo de Dios y su soberano propósito. No obstante, ningún hombre puede cumplir la ley y satisfacer sus demandas. “Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad” (Sal. 5:5).