BRUJULA TEOLOGICA SEPTIEMBRE 2017 | Page 19

ISMAEL QUINTERO

Pastor, Bogotá

Iglesia Presbiteriana

“Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra” (Rm. 11:16)

INTRODUCCIÓN

Una de las preguntas que muchos de nosotros nos planteamos, es con relación a la gracia de Dios. Es probable que, ante esta pregunta, tengamos muchas opciones de respuestas o quizás respondamos con una respuesta corta o simple. No obstante, aunque podemos dar una respuesta corta y obvia, lo cierto es que, de la respuesta de demos a esta pregunta, depende el entendimiento global que tenemos del evangelio. Dicho de otra forma, si respondemos bien a esta pregunta; es muy probable que tengamos un adecuado concepto del evangelio y lo estemos viviendo en plenitud. De una respuesta inadecuada, se puede deducir que no estamos en la verdad o por lo menos, no tenemos un adecuado entendimiento de ella, acorde a las doctrinas centrales de la escritura.

quizás respondamos con una respuesta corta o simple. No obstante, aunque podemos dar una respuesta corta y obvia, lo cierto es que, de la respuesta de demos a esta pregunta, depende el entendimiento global que tenemos del evangelio. Dicho de otra forma, si respondemos bien a esta pregunta; es muy probable que tengamos un adecuado concepto del evangelio y lo estemos viviendo en plenitud. De una respuesta inadecuada, se puede deducir que no estamos en la verdad o por lo menos, no tenemos un adecuado entendimiento de ella, acorde a las doctrinas centrales de la escritura.

La razón de esto, es que la gracia es un tema constante en la Biblia. Desde la primera página hasta la última de la escritura, encontramos de forma explícita e implícita este tema. De forma etimológica, podemos afirmar que el término en estudio viene del griego charis que significa "favor, bendición o bondad". Es decir, estamos hablando de un favor que damos o recibimos; de un beneficio que se otorga o se disfruta. No obstante, el término, en la escritura traspasa el límite del beneficio para llevarnos al Benefactor. Es decir, gracia con relación a Dios, habla no de un beneficio si no de un autor y consumador de tal beneficio. Es decir, nos dirige al Benefactor soberano de semejantes bondades inmerecidas o favores que nos vienen de forma divina y segura. Otra de las connotaciones del término es que el Benefactor beneficia con su gracia a los indignos, es decir, indica la incapacidad, impiedad, impureza o inhabilidad de los receptores del beneficio. Por lo tanto, la gracia es del digno Benefactor a indignos beneficiarios. Tal connotación nos ubica en un aspecto no solamente legal, sino ético.