pecadores, nos permite confiar que la iglesia subsiste por la gracia de Dios y para su gloria.
A lo largo de la historia de la iglesia de Cristo, tenemos registros de verdaderos cristianos que contendieron ardientemente por la fe. Tal resistencia, les hizo acreedores de atropellos, desvíos y falsificaciones ejercidas por emperadores, religiosos y dictadores jerarcas de la iglesia. No obstante, muchos se atrevieron a levantar su voz de protesta con argumentos razonables y acciones legítimas de piedad. Tal es el caso del primer gran reformador de este periodo; el monje agustino alemán Martín Lutero (1483-1546). Él manifestó su desacuerdo contra el libertinaje del clero, el pago de indulgencias y la inmoralidad monástica. La forma en que lo hizo, fue publicando en la puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg, el 31 de octubre de 1517 las 95 tesis o postulados. Una de las principales causas desencadenantes de estas tesis, es la descarada venta de indulgencias para recaudar dinero para la construcción de la basílica de san Pedro en Roma. Siendo uno de sus promotores más feroces, el fraile domínico, llamado Juan Tetzel.
Mediante estas tesis, el reformador condenaba la avaricia y el paganismo en la iglesia, sus abusos y desviaciones. Lutero sostuvo que la salvación se garantiza solo por la fe. Además, expresó que las buenas obras y sacramentos no son vitales para la salvación. La base de la protesta de Lutero y los demás reformadores, fue la palabra de Dios. Su carácter argumentativo y desafiante contra el sistema clerical y papal, fue la verdad absoluta e inerrante de las escrituras. Todos los reformadores, en cabeza de Lutero, enviaron copias de sus argumentos a los obispos de turno, a los representantes civiles y a otros estamentos sociales y civiles de la época. Su osadía y tenacidad, fueron vistas por los gobernantes religiosos y civiles del momento, como una protesta injustificada y sin mayor alcance. Lutero, no tuvo discreción al considerar cada desviación como una apostasía o blasfemia.
No obstante, desde varios siglos antes del XVI; se escuchaban voces de desagrado y denuncia contra el poder excesivo de la iglesia, contra su absolutismo, acumulación de dinero, abusos e indiferencia contra las capas menos favorecidas. Ante la corrupción de la iglesia y su terrible desviación teológica y moral. Muchos creyentes verdaderos fueron movidos a denunciar tales errores. Al respecto, el clero o magisterio de la iglesia, rechazó las afirmaciones de los creyentes celosos de la verdad e inquietos por el desenfreno de la iglesia. En tal razón, muchos tuvieron que salir, algunos fueron muertos atrozmente y otros exiliados. De esta forma, surgieron nuevas iglesias a las que llamaron protestantes.Así, quienes protestaron y se resistieron a los edictos, dogmas y doctrina de la iglesia del momento, fueron llamados protestantes. Además, por adherirse al pensamiento de los líderes de la reforma y sus postulados doctrinales.