BRUJULA TEOLOGICA OCTUBRE DE 2017 | Page 16

3. SU NATURALEZA PRÁCTICA

En este apartado, debemos citar que la escritura llama a los creyentes a detectar, denunciar y protestar contra las enseñanzas y los maestros que no se ajusten a la verdad y aun combatir sus enseñanzas. Pablo, en su carta a los Gálatas, llama anatema a quien predique otro evangelio. Esto indica denuncia y anuncio del evangelio, teniendo como referente exacto la verdad revelada por escrito y atestiguada por el Espíritu Santo en el corazón del creyente. “No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gál. 1:7-9). Una y otra vez el apóstol Pablo instruyó a su discípulo Timoteo a defender la verdad del evangelio, sin mezclas, concesiones o alteraciones. Habló de lo que él llamó, fabulas o cuentos, que nada tienen que ver con el evangelio. “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Tm. 4:1-5).

Además, el apóstol Pablo reprendió al mismo apóstol Pedro, cuando entendió que una actitud de Pedro no era acorde al evangelio recibido. Le tildó de hipócrita y le confrontó cara a cara. Esta fue una sentida protesta, no autoritaria, sino compasiva para denunciar el error y hacer volver al discípulo al camino de la fe y la moral bíblica. “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”(Gál. 2:11-14).

A su discípulo Tito, también le instruye en lo referente a la defensa de la verdad y la denuncia de los falsos maestros y sus enseñanzas. Todas estas son acciones legítimas de protesta. “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, 14no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad” (Tt. 1:13-14). “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie” (Tt. 2:15). En tal sentido, el título que se otorgó a los cristianos del siglo XVI, es acorde al llamado de la iglesia y las instrucciones de Cristo y los discípulos en defensa de la fe. No es un título nuevo. El título, lo que indica, es que los creyentes son los que protestan o denuncian lo que no está acorde a la verdad, basados en las escrituras.