la protesta y protestantismo no son desafíos actuales o circunstanciales; sino la base histórica de la fe bíblica. No protestamos por razones tangenciales; sino sobre la esencia de la fe cristiana. Para que ¡protesten… protestantes!
2. SU CONTENIDO BÍBLICO
Uno de los aspectos desafiantes de la reforma protestante, no sólo es su carácter histórico, sino también su contenido bíblico. Por lo que la base doctrinal de la protesta del protestantismo se resumió en las cinco solas de la reforma. Estos postulados fundamentaron los desafíos de la fe y la práctica de la iglesia de Cristo. De forma sucinta, nos permitimos presentar el legado doctrinal o de contenido de la protesta legítima de los cristianos. Cabe mencionar, que este contenido no sólo es afirmativo de la doctrina correcta, sino que implícitamente es enunciativo. Es decir, son unos postulados a manera de slogan, que marcan resistencia, denuncia y protesta con fundamento y contenido coherente.
La doctrina de la “sola escritura” afirma que todo dogma de la iglesia y práctica de vida, necesariamente debe estar sustentada ampliamente en la palabra de Dios. Dicho de otra manera, no podemos creer, aceptar o promover nada que no esté claramente expuesto en la única fuente de autoridad y fe: las escrituras. De esta forma, se afirma la suficiencia y centralidad de las escrituras como suficientes, inerrantes y absolutas en toda controversia. Además, se denuncia toda práctica, dogma extra bíblico y tradición, que abundaban en el momento en el seno de la iglesia. Tal protesta articulada en la fe revelada de forma escrita y oficial, es contundente a la hora de controvertir y defender la verdad. Para muchos esta postura es extrema y radical, por no decir fundamentalista. No obstante, la base escritural como fundamento, soporte y guía absoluta en materia de fe y práctica, identifica la comunidad del libro. La iglesia verdadera se sostiene o se cae, dependiendo de su fundamento. Si está en la palabra, es inamovible; de lo contrario, se cae en el sincretismo y humanismo perverso. Una de las cosas que reverdeció con la reforma protestante, fue volver a la palabra de Dios y regirse enteramente por ella.