Los pactos de la promesa fueron hechos a Abraham, antes de la expedición de la Ley y fueron refrendados por el Espíritu Santo, cuando inspiró al Apóstol Pablo a decir: ¨El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.¨ Gálatas 3:17.
Así mismo, reforzó más nuestra certeza con el verso 29: ¨Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.¨
La Gracia.
¨Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús¨. (Efesios 2:4-6).
¨Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe.¨ Efesios 2:8-9.
¨Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó asimismo por mí. No desecho la gracia de Dios, pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.¨ Gálatas 2:20-21.
“Acerquémonos pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y HALLAR GRACIA para el oportuno SOCORRO”. Hebreos 4:16. Todos los hombres, tanto judíos como gentiles sin distinción ninguna, tenemos la misma oportunidad de llegarnos a este bendito trono y acogernos a quien murió por darnos su gracia y su perdón.
tenemos la autorización firmada por el Rey Jesús para recibir el tratamiento debido a la dignidad de Hijos de Dios,