Por la victoria de Jesús en la cruz sobre Satanás, nosotros los que nos hemos acogido a su sacrificio redentor, podemos y debemos comportarnos como príncipes y sacerdotes en Cristo aquí en este mundo y desde ahora mismo, en vez de pensar y actuar como derrotados, conquistados o gobernados por el perdedor. Es decir, tenemos la autorización firmada por el Rey Jesús para recibir el tratamiento debido a la dignidad de Hijos de Dios, como poseedores de la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Ahora andamos en vida nueva (Romanos 6:4) y estamos sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. No tenemos que hacer nada más para obtener la vida eterna; ya Jesús hizo todo lo que había por hacer cuando declaro en la cruz “consumado es”, terminó toda su obra, ahora somos sus invitados a entrar en Su reposo y el “que ha entrado en Su reposo también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.” Hebreos 4:10.
Aún más, ya que Satanás es un enemigo derrotado, nos corresponde apropiarnos del terreno ganado por nuestro Salvador en la cruz y mantener la posesión del mismo a través de la fe en Su palabra, aprovechando la gracia que el señor Jesucristo proveyó para nosotros con su sacrificio redentor y su gloriosa resurrección.
En conclusión:
Podemos ver que antes de que la ley fuera dada, los hombres (judíos y gentiles) no pudieron avanzar en su camino hacia Dios el Padre, porque sus obras eran malas y de continuo pensaban en hacer el mal.
Cuando la ley entró en operación, tampoco mejoraron las cosas, porque había tantos requerimientos (grandes y pequeños) que era prácticamente imposible recordarlos todos, y si alguien incumplía un punto de la ley, ya era culpado de toda la ley. Entonces es aquí donde entra en escena Jesús (la simiente de la promesa) cumpliendo con su vida, pasión, muerte y resurrección los objetivos del Plan Divino, “Pues si por la transgresión de uno solo (Adán) reinó la muerte, mucho más REINARAN EN VIDA POR UNO SOLO, JESUCRISTO, los que reciben la abundancia de la GRACIA y del don de la justicia.” (Romanos 5:17).
1.- “La ley fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gálatas 3:19).
2.- Jesús vino a cumplir la ley y darle un significado y más profundo, ya que nadie más pudo cumplirla en su totalidad. Mateo 5:17.
3.- Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Gálatas 3:13-14.
4.- Jesús vino para obtener eterna redención para quienes se acojan a su sacrificio. Hebreos 9:12,28.
5.- Jesús entró en el cielo mismo para presentarse por nosotros ante Dios. Con Su sangre nos limpió el pecado del alma, con Su gracia nos envolvió y nos hizo aceptables ante el Padre. Hebreos 9:24,26.
Cordialmente en Cristo,
Isaac Garzón Castro