década de 1920; las mujeres de entonces comienzan a transformarse, la ultra femenina y sumisa ama de casa adopta un estilo más masculino, una ropa más sencilla para trabajar, algunas se cortan el pelo como el hombre, empiezan a: fumar, usar pantalones, practicar deportes varoniles, conducir automóviles y viajar con independencia.
La segunda oleada feminista se da en la década de 1960, con el auge de la rebelión hippie y la liberación sexual que promueve abiertamente la promiscuidad sexual y el amor libre.
Los principales objetivos del movimiento feminista siguen siendo los mismos: derecho al voto, mejora en la educación, capacitación profesional, mayores oportunidades laborales, igualdad de derechos en la familia, mayor control sobre su sexualidad, entre otros.”
Como sabemos por observación, muchos de los objetivos enunciados son impostergables en algunas partes del mundo, donde la descomposición moral y la avaricia por el dinero han venido aumentando, produciendo el consiguiente incremento en la trata de blancas e inclusive abusos sexuales contra los niños, como los grupos mas vulnerables. En esos países se necesita una mayor y urgente acción de los grupos de presión como el de la liberación femenina, para influir en los cuerpos legislativos, educativos y socioculturales a fin de iluminarles el camino en los cambios que se deben promover para desencadenar un cambio social que apunte a equiparar las condiciones, por lo menos al nivel intermedio en que se hallan en otras latitudes.
En otras partes del mundo se han producido algunos cambios positivos, pero por razones culturales, económicas y/o religiosas se presentan todavía muchos obstáculos para la adopción de la totalidad de los propósitos constitutivos de esos movimientos.
Sin embargo las directrices del movimiento feminista y su radicalismo de los años 70 llevó a las mujeres a un lamentable estado de alienación y distorsión de su identidad, proponiendo una “lucha contra su propia fertilidad”, afirmando que la mujer debe huir de “la trampa de la maternidad” si quiere conquistar el terreno profesional del varón; y por otro lado acentuó el conflicto con los hombres, quienes provienen por lo general de trasfondos machistas.