BRUJULA TEOLOGICA MARZO 2017 | Page 21

ejercen autoridad con su piadoso y elocuente discurso del silencio sumiso a su voluntad. O sino no se hablaría también de mujeres como Sara, que honró al Señor con este llamado. También María o Abigail, ente otras. Sentarse a los pies del Maestro para escuchar y contemplar, es propio de mujeres piadosas que han sido convencidas de la verdad. De lo contrario, los afanes sin sentido de la sociedad confusa y perversa se acentúan en la conciencia y no nos dejan escuchar el silencio de su amor y su perfecta gracia.

3. UN MÉTODO: SERVIR

Otra de las cosas a las cuales queremos llamar la atención con este SOS, es al método. Es bien sabido que las mujeres son metódicas y organizadas. En tal sentido, el método que la biblia plantea para ellas, no es la resistente y utilitaria forma de reaccionar. Cada vez somos sorprendidos por manifestaciones vulgares, displicentes y vergonzosas de las mujeres, para vindicar sus derechos. Los métodos que la sociedad les ha llevado a tomar y los que les han dado más resultados, son utilitaristas y consumistas; por no decir, obscenos y subversivos. La mujer cada día se promueve y es vista como un objeto que da placer; una cosa útil o una cosa productiva. Es vista como una máquina, tratada como un objeto y usada como un medio. No obstante, siendo que la mujer es imagen del Señor, posee toda dignidad, propósito, sentido y significado. El fin principal y más noble de ella es la gloria de Dios y gozarse en Él por siempre.

En tal sentido, los métodos no pueden ser sexistas, sensuales y menos aún para su visibilización como consumo emocional o sexual. Tales métodos son esclavizantes, humillantes y promueven la utilización, cosificación y degradación de la mujer, so pretexto de espacios sociales y vindicación. Por su parte, el método que el Señor le plantea en términos prácticos para servir y ser vista, es el del silencio y sujeción. Podemos afirmar que estas categorías son principios esenciales de vida ontológica, son realidades intrínsecas del llamado o deber ser, y se constituyen en método de servicio con los más altos resultados.

Silencio, obediencia y sujeción es el único método como ustedes pueden servir al Señor y sus familias. ¡No se impongan tareas abrumadoras y devastadoras! ¡Simplemente sujétense en silencio sabio a su voluntad! ¡Que este sea su método y su mayor anhelo! Así se realizan en su presencia y se fortalecen en dignidad y emancipación. Guarda silencio, aprende en silencio, enseña con sabiduría y ejerce la autoridad de la sujeción. Desarrolla la sabia actitud de la obediencia y veras las bendiciones. Una mujer que use el método del silencio para aprender y para enseñar, es considerada sabia. De lo contrario es insidiosa, rencillosa y sensitiva. La mujer alabada por Dios y por el marido, es la que sabe oír, se dedica a escuchar y ejerce la enseñanza sin palabras con sabias acciones y modestas razones. Así se ataviaban aquellas santas mujeres. Su ornato era el interno, de un espíritu afable y apacible. Es decir, su ornamento era el silencio sabio y la sujeción dispuesta. Las mujeres que traspasan la historia y rebasan los estándares comunes, son las piadosas que se visten de gracia y se llenan de hermosura. El silencio es una de las bellezas de una mujer piadosa y uno de los ornatos que un hombre valora. La sujeción es la corona de una mujer sabia y el método más útil para ganar a su marido incrédulo. ¡Deja de hablar tanto, guarda silencio! ¡Deja de defenderte, buscar razones y apabullar con estridentes argumentos, comunes a las mujeres del mundo! Usa los argumentos de las mujeres sabias y virtuosas. Silencio, obediencia y sujeción. Este sería el verdadero SOS para ustedes que desafía las instituciones y bendice a la iglesia y la familia.