BRUJULA TEOLOGICA MARZO 2017 | Page 19

Nos preguntamos: ¿Por qué la música no resiste su esencia y se subordinó placenteramente al silencio? ¿Por qué la poesía acepta el silencio como parte de su esencia y belleza y trasmite su carácter para satisfacer a los gustos más refinados en el arte de la composición? ¿Qué pasaría si la mujer, en este caso, comprende que el silencio es parte de su carácter ontológico y la sujeción un principio que debe dominar su ser? Las conclusiones lógicas son, que, si este SOS es una verdad principal y esencial en su condición de mujer, ella sería más feliz, plena y su discurso elocuente sería de sabiduría, confianza y disfrute de la voluntad del Señor. Es decir, si la mujer comprende que su diseño ontológico es de silencio y sujeción, se realiza a sí misma y vive para la gloria de Dios. De lo contrario, vivirá frustrada planteando argumentos y esgrimiendo razones que la llevan a la fatiga, ansiedad y a ser un objeto del mercado y no un ser sabio y robusto en su fe y carácter.

2. UN LLAMADO: BENDICIÓN

Además del carácter ontológico, este SOS nos plantea un llamado. Nosotros fuimos creados bajo la estructura inequívoca de estos aspectos y llamados a expresarlos, disfrutarlos y promoverlos. Silencio, obediencia y sujeción, no son aspectos que se deben rechazar, sino los que rigen la existencia. A las mujeres, de forma directa se les ordena, expresar su llamado de vida, bajo estas categorías principales. Tenemos suficientes razones para decir que el silencio, la obediencia y la sujeción no son argumentos de la sociedad andrógena contra la mujer. Sino por el contrario, la expresión diáfana del llamado del Señor para ellas.

Dicho de otra forma, la mujer cuando guarda silencio no solo escucha y aprende, sino testifica del Dios a quien honra. El silencio no es una debilidad en su vida y carácter, sino una bendición. Así testifica en quien cree, expresa su confianza en su voluntad y enseña sabiduría digna de imitar. ¡Que el silencio hable y le deje escuchar su voz! ¡Que su sabio silencio le permita aprender con atención y sujeción! Una mujer que es llevada por el Señor a una vida de silencio en su presencia, es sabia, piadosa y útil en sus manos. El silencio sabio y sumiso es una fortaleza en la vida de la mujer cristiana.