Gracias a Jesús, la conexión con el Padre fue restaurada en la Cruz del Calvario. Podemos ahora aprender a ver a través de los ojos de la fe, en vez de creer sólo en lo que vemos, como el mundo hace. Asimismo podemos seguir creciendo en el conocimiento de Dios y de Su hijo por la revelación del Espíritu Santo y entender que Dios es el ETERNO YO SOY; Dios no tiene pasado ni futuro. El vive fuera de la dimensión tiempo, en un eterno presente y nosotros sus hijos, moviéndonos en el campo de la fe, podemos entrar también a operar en esa dimensión, fuera del tiempo, donde nos entendemos con nuestro Padre en el único lenguaje que a Él le agrada.
Marco de referencia con la actualidad.
En general, la humanidad lleva muchos siglos navegando a la deriva, completamente apartada de Dios y de Sus preceptos, por lo cual las mentes de los hombres y mujeres se hallan totalmente desconectadas de la Sabiduría Eterna de Dios y absorbidas por las teorías y ciencias modernas humanas, sin tener en cuenta para nada los principios que Dios expuso en Su Palabra hace miles de años (El anuncia lo porvenir desde el principio, como nos dice Isaías 46:10)
Así como Satanás engañó a nuestros primeros padres, haciéndoles dudar de las palabras que Dios les había dado, los hombres de hoy siguen dejándose engañar y se han envanecido en sus razonamientos, desechando el Consejo Divino y exponiendo/aceptando/practicando cosas como:
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