BRUJULA TEOLOGICA JUNIO 2017_ DIA DEL PADRE | Page 25

Dios me dirigió nuevamente este mes a los comienzos de la historia del mundo y de la raza humana, para profundizar en algunos aspectos por los que muchas veces pasamos inadvertidamente.

Dice en Génesis 1:26: “Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”

ISAAC GARZON

Australia

Lo digno de resaltar aquí es que el PLAN DE DIOS siempre fue que Adán tuviera mando, dominio, autoridad sobre los peces, las aves, las bestias y sobre todo animal que se arrastrara sobre toda la tierra. En los versos 24 y 25 Dios ordenó a la tierra “producir seres vivientes según su género, bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie “. Es decir preparó para el hombre todos los elementos sobre los cuales el debería ejercer su dominio. Después de prepararle el escenario para su mandato, se dedicó a la tarea de crear al actor principal de la obra: el hombre como la corona de Su creación (verso 27); los bendijo y les delegó la tarea de administrar y ejercer el dominio de los demás seres creados, con autoridad y suficiencia (Verso 28); y hasta les pagó por anticipado el trabajo que iban a desempeñar, porque en los versos 29 y 30 les entregó la comida para ellos y para los animales.

La comunicación era tan estrecha entre Dios y el hombre que se hablaban diariamente y no se necesitaba la fe para que Adán y Eva pudieran acercarse a Dios. Hasta ese momento había conexión directa entre Dios y el hombre, y la comunión se daba en forma natural, confiaban completamente en lo que Dios les había dicho, porque todavía no se habían contaminado sus conciencias y por lo tanto no había ninguna barrera que los distanciara. En otras palabras, no se tenía que hacer ningún esfuerzo especial para pasar de la dimensión física (donde Adán y Eva funcionarían como pareja en la tierra) a la dimensión espiritual, donde Dios habita.