Si hablamos de Samuel, él llego a una edad donde aún no sabía oír la voz de Dios, le conocía pues había vivido en el templo con el sacerdote encargado de hacer conocer a Dios, (1 Sam.3:7) Samuel no conocía aun al Señor, la misma historia que hizo Eli con sus hijos, se quiere repetir en Samuel. Pero al final de los días de Samuel la historia se repite como en los hijos de Eli, (1 Sam. 8:1-3). El error de Samuel, fue querer dejar a sus hijos una herencia ministerial, cuando sus hijos tenían vidas contrarias a la suya, desviados completamente de los principios de Dios.
La experiencia de conocer a Dios es personal, no se hereda. El hecho de que un padre sea cristiano no convierte a sus hijos en cristianos. Cada uno tiene que dar el paso de querer tener una relación personal con Dios. Pero los padres tenemos el deber de acercar a nuestros hijos al Señor. De exponerles a la Palabra, de mostrarles una vida de acuerdo a los principios que Dios nos da. Es nuestra responsabilidad ser ejemplos espirituales para nuestros hijos, y amonestarlos, disciplinarlos y criarles en la palabra de Dios.
SANDRA RAMOS BUITRAGO
Misionera en chile