BRUJULA TEOLOGICA JUNIO 2017_ DIA DEL PADRE | Page 22

De papá aprende respeto, honestidad, la virtud del trabajo, paciencia, amar, lealtad y muchas más lecciones. Así que todo varón digno, debe cuidar cómo se relaciona con su esposa, hijos y demás familiares, porque sus pequeños imitadores lo están observando de manera celosa.

Los seres humanos aprendemos de modelos y copiamos lo que vemos hacer, y muchos por falta de ese modelo han crecido huérfanos en esa paternidad, ya sea por muerte, por abandono físico o emocional, o por padres ajenos a su labor o padres pasivos. La gran pregunta es ¿cómo un huérfano puede ser un buen padre sino tuvo un modelo a quien seguir? El ver a Dios como padre se convirtió en un gran desafío, pues con la misma lupa con que miremos a nuestros padres y sus errores cometidos, así pensaremos que es Dios. Esa ha sido la estrategia que satanás a usado siempre para socavar la paternidad de Dios en sus hijos, él sabe que, si vemos modelos distorsionados en la tierra, será más difícil relacionarnos con Dios y eso nos mantendrá siendo mendigos en vez de hijos, no disfrutando del padre.

Y cuando llegamos a Dios una de las cosas que debe comenzar en cada cristiano es la restauración de la relación con un padre, y esto incluye el perdón y la aceptación a una persona que también tuvo un mal modelo o no lo tuvo, para que la relación que comenzó con Dios no sea solamente de Salvador y Señor, sino de Padre a hijo.

La biblia nos muestra muchos ejemplos de padres que, aun siendo excelentes siervos de Dios, cojearon en su tarea de ser padres, esto nos da la posibilidad de poder aprender de sus ejemplos y tener bien claro lo que debemos y no debemos hacer. Uno fue el llamado “hombre conforme al corazón de Dios”, David, que, debiendo de corregir y disciplinar, no buscó conducir a sus hijos (Amnón y Absalon) a reconocer su grave pecado y a humillarse. No tuvo una palabra que pudiera tocar la conciencia de sus hijos, solo es guiado por los sentimientos que experimenta su corazón de padre. (2 Sam. 13:12- 14: 1-33). David fue un padre pasivo, y sin autoridad para corregir los pecados de sus hijos, solo manifiesto gracia y bondad, dejando enteramente de lado la santidad y la verdad.