Sandra J Ramos B.
Misionera en Chile.
Según el contexto, paternidad puede nombrar tanto al padre como a la madre. Y es mediante la tarea de ser padres que Dios ha querido que los seres humanos puedan verle a él y puedan aceptar su paternidad. La idea de Dios fue que tanto papá como mamá pudieran mostrar su paternidad, que supiéramos quien es él y que así los seres humanos nos pudiéramos relacionar con aquel que constantemente, en nuestras oraciones, llamamos “Padre”, pero que en la realidad nos cuesta ver como ese padre presente, proveedor, cuidador, que enseña a caminar, que lleva en su pecho, que corrige (Is. 49:15; 66:10-13; Os. 11).
oraciones, llamamos “Padre”, pero que en la realidad nos cuesta ver como ese padre presente, proveedor, cuidador, que enseña a caminar, que lleva en su pecho, que corrige (Is. 49:15; 66:10-13; Os. 11). La relación con nuestro padre es una preparación para una relación libre con la paternidad divina. La palabra papá siempre ha tenido un sentido muy claro: es el protector, es el proveedor, el que acompaña, la cabeza de familia, el que establece las reglas, el que verifica que éstas se hayan cumplido, el que sale a trabajar, etc. Aunque algunos creen que la figura paterna no es importante para la crianza de un hijo varón, esta es una posición muy errada, pues los niños necesitan identificarse con alguien de su mismo género, pues de ahí parte la construcción de su propia identidad. El padre es el encargado de afirmar la conciencia moral y sexual de sus hijos; el afirmar al hijo y a la hija es tarea del padre.
Desarrollar la función de padre, constituye una de las tareas más complejas a las que una persona puede dedicarse. Conlleva cuidar al niño, protegerlo, estimular su desarrollo físico, psicológico, intelectual, y espiritual, sería mucho más fácil si cada niño naciera con un manual de cómo criarlo; pero esto no es así, sino que es algo que se va aprendiendo por el camino. Desde que un hombre elige ser padre, con ello viene su elección de enseñar. La casa es la primera escuela de un niño y sus padres sus primeros maestros. De papá aprende respeto, honestidad, la virtud del trabajo, paciencia, amar, lealtad y muchas más lecciones. Así que todo varón digno, debe cuidar cómo se relaciona con su esposa, hijos y demás familiares, porque sus pequeños imitadores lo están observando de manera celosa.
Los seres humanos aprendemos de modelos y copiamos lo que vemos hacer, y muchos por falta de ese modelo han crecido huérfanos en esa paternidad, ya sea por muerte, por abandono físico o emocional, o por padres ajenos a su labor o padres pasivos. La gran pregunta es ¿cómo un huérfano puede ser un buen padre sino tuvo un modelo a quien seguir? El ver a Dios como padre se convirtió en un gran desafío, pues con la misma lupa con que miremos a nuestros padres y sus errores cometidos, así pensaremos que es Dios. Esa ha sido la estrategia que satanás a usado siempre para socavar la paternidad de Dios en sus hijos, él sabe que, si vemos modelos distorsionados en la tierra, será más difícil relacionarnos con Dios y eso nos mantendrá siendo mendigos en vez de hijos, no disfrutando del padre.