BRUJULA TEOLOGICA JULIO 2017_MINISTERIOS | Page 30

de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella” (Rm. 13:3). “Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Jn. 2:16).

Su actitud dominante y beligerante lo convirtió en obstáculo, para el progreso de la iglesia. Es un ambicioso, vanidoso, irrespetuoso a la autoridad apostólica, rebelde e inmisericorde. Es muy trágico que “siervos” se transformen en caudillos antropocéntricos, mesiánicos y exclusivos. Podemos advertir que el autoritarismo nos conduce al caudillaje y hace marginar líderes, cansarlos y humillarlos. Los dictadores, tienen delirio de grandeza y sueñan con la fantasía de ser dueños y critican. Él promovía una autoridad personalista y no aceptó estar bajo la autoridad. ¡Se creía autosuficiente! Al difamar enseña a la iglesia a no respetar la autoridad y con su conducta enseña deslealtad. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, 19 El testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos” (Pv. 6:16-19). “Abominación al SEÑOR es todo el que es altivo de corazón; ciertamente no quedará sin castigo” (Pv. 16:5). “No hagas ostentación ante el rey, y no te pongas en el lugar de los grandes; porque es mejor que te digan: Sube acá, a que te humillen delante del príncipe a quien tus ojos han visto” (Pv. 25:6-7).

La actitud diotrefana es común en gran parte del liderazgo eclesial. Ambiciosos al poder, sin ningún tipo de caridad. Ministros imponentes, manipuladores con crueldad, suplantan la autoridad del amor por la de su propio ego. Se promueven a sí mismos como caudillos déspotas y mercaderes de la fe. Es una verdadera tragedia que este tipo de mal llamados siervos, pastores o ministros del evangelio, funjan como empresarios, mercenarios y se empoderan de la grey, so pretexto de ejercer autoridad. Tal abuso de poder es una expresión del dominio del mal,