una expresión del dominio del mal, personalismo, ambición y lujuria reinante en el corazón impío. Nada característico de hombres de Dios. Su ambición al poder sin caridad es muestra antipática de conducta. Ningún siervo de Dios puede pretender seguir esta actitud diofrefana; sino tomar el sendero del servicio, entrega y sacrificio. Hemos sido puestos para servir no para ser servidos. Para dar la vida por las ovejas no para servirnos de ellas. “El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores” (Pv. 29:23). “Tened el mismo sentir unos con otros; no seáis altivos en vuestro pensar, sino condescendiendo con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión” (Rm. 12:16).
¡Que su conducta como líder no sea la del despreciable personaje al interior de la iglesia! ¡Que su entrega al Señor y llamado se mida por la piedad y no por imposición autoritaria, déspota y cruel contra la iglesia de Cristo! Recuerde que la autoridad no se impone, se gana y se expresa a través del evangelio. Atrévase a confesar su semejanza con este rudo hombre de la iglesia neotestamentaria y a denunciar a los Diótrefes que toman el camino ascendente de pensar primero en ellos y se llevan por delante de forma indolente y cruel a quienes no se someten a su desbordante lujuria al poder. Recuerde que así actúan los gobernantes de este mundo, buscando aprobación y pleitesía. Pero los siervos del señor siguen el ejemplo que Cristo nos dejó: servicio, entrega y humildad. “Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. 45Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mc. 10:42-45).
2. PRIMERO “TÚ”: ALTRUISMO
2. PRIMERO “TÚ”: ALTRUISMO
“Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. 5 Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, 6 los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. 7Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles. 8Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad” (3 Jn. 1:3-8).