de corbata y traje elegante al cual muchas veces lo quisieron saludar y el simplemente les tocaba la cabeza y les ignoraba?
Otra razón, que he encontrado, para que los niños no cuenten en la iglesia es porque con frecuencia a los adultos se nos olvida que fuimos niños, no me explico en qué momento de la vida nos cambian el disco duro y comenzamos a ver a los niños como habitantes extraños en este planeta.
Y una tercera razón del porque los ministerios infantiles están apocados, casi extintos, en la iglesia Cristiana se debe al mal fenómeno de la doctrina de la prosperidad, ¿Cómo? Se preguntará usted, ¿Esto que tiene que ver con los niños? Es más sencillo de lo que se puede imaginar, los niños no ofrendan, mucho menos dan el diezmo, no hacen promesas de bendición, los niños solo generan gastos y para estos predicadores estos “gastos” solo atraen rojos en sus análisis financieros.
Permítame finalizar con tres conclusiones: primera, si usted es un líder de una congregación y por cuestiones de la vida no tuvo la oportunidad de vivir la maravillosa experiencia de la escuela dominical infantil, no prive a sus miembros más pequeños de tener el tiempo más hermoso de su vidas, y dese el gusto de vivirlo al lado de ellos proporcionando los espacios, y el tiempo necesario.
Segundo, regrese a su pasado, a esa época donde lo más importante era estar tirado en el piso jugando canicas, carros y cuanto juego teníamos a la mano, permita que los niños de su iglesia tengan la oportunidad de aprender jugando y se enamoren de la iglesia. Tercero, los niños jamás serán un saldo en contra, de ser así ¿Porque gastar tanto en nuestros hijos?, Los niños de nuestras iglesias son la mejor inversión de la futura iglesia, ellos un día serán los jóvenes de la iglesia, se formarán profesionalmente y serán quienes sostengan el ministerio.
Domingo a domingo espero con ansias el informe que me entregan los diáconos para saber cuántos niños llegaron a la escuela