Para mi modo de ver, la iglesia primitiva recibió la experiencia gloriosa del bautismo en el Espíritu Santo, el cual fue el motor que le imprimió el tremendo crecimiento expansivo inicial (con todas las señales y prodigios ya mencionados), pero se estancó en lo que debería haber sido un desarrollo continuado hacia los mayores logros espirituales posibles dentro de esta dimensión espiritual, a través de la oración.
La iglesia católica (oficializada en el siglo IV DC) y demás aliadas desde la Reforma del siglo XVI, aunque creen en la existencia de la Tercera Persona de la Trinidad y le ofrecen menciones destacadísimas dentro de sus prácticas litúrgicas, tradicionalmente no lo conciben de la manera presente y actuante como las iglesias evangélicas pentecostales, aspecto este que debería haber sido revisado y re-ajustado durante el movimiento de la Reforma, pues el mismo fue parte integral de la doctrina y experiencia vivencial de la iglesia primitiva.
B)
El fenómeno que viene sucediendo actualmente (siglo XXI) con la iglesia católica romana y sus hijas las llamadas iglesias protestantes (las protagonistas de la Reforma del Siglo 16) y últimamente con muchas de las Mega iglesias cristianas evangélicas, es la continuada desviación/adulteración de la doctrina enseñada por el Señor Jesucristo, “encendiendo fuegos extraños” como el ECUMENISMO, intentando encontrar a Dios donde no está. Las palabras del profeta Jeremías resuenan en nuestros oídos hoy, como debió suceder en el tiempo en que fueron pronunciadas por primera vez: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.”(Jeremías 2:13)
Si abriéramos en esta revista una página para interactuar con nuestros lectores, estoy seguro que no daríamos abasto para atender quejas, reclamos y dudas por las cuales el pueblo cristiano de todas las edades, lenguas, naciones y denominaciones viene sufriendo, debido a la corrupción doctrinal y vivencial que se experimenta en tantas congregaciones, donde los lideres que una vez practicaron/saborearon/enseñaron la sana doctrina y nos enseñaron cómo llegar a Dios, hoy se han dejado llevar por los deseos de fama, poder y dinero pervirtiendo el evangelio puro que les fue entregado/confiado para traer salud a las naciones. Suenan asimismo en nuestros oídos las palabras del apóstol Pablo a los Gálatas: “estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”(Gálatas 1:6-8)