naciones. Suenan asimismo en nuestros oídos las palabras del apóstol Pablo a los Gálatas: “estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”(Gálatas 1:6-8)
No necesitamos más “Reformadores” pues los que trabajaron en la reforma del siglo XVI enfocaron su lucha en lograr únicamente cambios terrenales, para congraciarse con las familias reales europeas, las cuales estaban en grandes problemas políticos, económicos y sociales y venían afrontando una asfixiante dependencia de la Iglesia Católica.
Necesitamos siervos valientes, leales a Dios y ungidos por el Espíritu Santo para cumplir la tarea de pastorear a la iglesia con amor y con responsabilidad, para que lleven a las ovejas a pastos frescos y las alimenten debidamente de tal manera que el crecimiento del Cuerpo de Cristo cumpla con las normas de calidad que nos fueron dadas en Efesios 4:11-16: “Y El mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Me pregunto qué esta sucediendo en los seminarios bíblicos modernos o mas humildemente, en los seminarios que ofrecemos tan frecuentemente en nuestras congregaciones? Estamos impartiendo/instilando en nuestros estudiantes una visión adecuada de lo que es la esencia del ministerio?
Fraternalmente en Cristo.
Isaac Garzón Castro