Esta conducta sabia de no tomar del enemigo ningún pecado a crédito, es la que debía haber seguido Esaú. Él disfrutó la comida terrenal, pero lo hizo restándole valor a su primogenitura. Cuando su hambre había sido saciada, la factura de su desprecio no se hizo esperar. Pagó con lloro y súplica amarga y procuró con lágrimas que se le diera la misma bendición que había despreciado, pero no tuvo oportunidad de recuperar su bendición (Gn 25:29-34). El no tomar del enemigo ningún pecado a crédito, es lo que debía haber hecho David, cuando se le ofreció satisfacer su lujuria con la mujer de un piadoso soldado de Israel. Pero, tristemente, no sacó bien la cuenta del terrible adeudo que contraería al pecar. Al ceder y tomar ganancia de lo que no era suyo, se endeudó para con Dios, para con su familia, para con su reino, y el Enemigo vino súbitamente a buscar el pago del crédito por aquel fugaz deleite que le había prestado. Tuvo que pagar con el dolor de la violación de su hija, con la rebelión de su propio hijo Absalón, con la muerte temprana de tres de sus hijos y con una lista de cobros dolorosos que perduraron por mucho más tiempo que lo que duró la libertad para usar los engañosos “tesoros” del Tentador (Ver 2 S 11 - 18).
La aparente libertad para pecar se da a crédito. Mientras más se peca deliberadamente, más se endeuda el pecador. Si no se recibe redención por la deuda contraída, el destino del hombre es el infierno. ¡Cuán peligrosa es esa supuesta libertad que viene del Maligno y que ofrece pecar, pero luego pide el alma para siempre! La buena noticia es que Dios no ofrece la vida eterna como crédito por obra alguna que nosotros podamos hacer. La vida eterna la da por gracia al pecador que se arrepiente y cree que, en la Cruz, el Señor pagó para siempre la enorme deuda de cada descendiente del primer Adán.
Amados, procuremos perseverar en la fe del Hijo de Dios, porque Él ha prometido darnos la corona de la vida como premio tan solo por haber creído en El y ser fieles hasta el fin. Así no tendremos que usar nada de oferta engañosa que se llama,
Pecado a crédito.
En la libertad con que Cristo nos hizo libres, Vuestro servidor,
Pst. Eliseo Rodriguez
El Dr. Eliseo Rodríguez es el Pastor Principal de la Iglesia Evangélica Monte de Sion en la ciudad de Miami. Es además el Director y Fundador de Christian Zion University, y escritor de varios libros, tales como, El Cordero Inmolado, Acontecimientos del Fin, entre muchos otros El pastor, posee una vasta experiencia en el campo misionero Internacional. Ha viajado por Norte, Centro, Sur América, El Caribe, el Medio Oriente y el Norte de África,