BRUJULA TEOLOGICA DICIEMBRE 2017 | Page 23

con nosotros” muestra la certeza de la salvación, la capacidad recibida para vivir para su gloria y la confianza que tenemos en el Señor. Si esta expresión define en algún porcentaje nuestra participación o protagonismo, estamos perdidos y no hay ni seguridad en Dios, en el plan, ni en el beneficio. La seguridad de todo radica en la exclusividad de Dios, su soberanía y unilateralidad. En la gloria del único, perfecto, confiable y seguro en plenitud.

Por tanto, queridos lectores, siempre que lean o escuchen: “Emanuel: Dios con nosotros”, deben humillar el corazón, doblar las rodillas y levantar las manos en adoración única al que estableció esta relación pactual. Son muchos los lugares en la escritura que afirman que Dios de forma única, decidió entrar en relación con su pueblo. Esta no es una verdad neotestamentaria. Recuerden que desde Genesis el Señor una y otra vez afirma, estableceré una relación de pacto y en ella, yo seré tu Dios y ellos mi pueblo. “He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho” (Gén. 28:15).

Nunca dice, estableceremos una relación de iguales, o yo seré su amigo y ustedes mis colegas o compañeros. Lejos de ser así, dice: “Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. Yo soy el SEÑOR su Dios y ustedes sabrán que fui yo quien los rescató de la opresión de los egipcios”(Ex. 6:7). Dios autor; nosotros beneficiados. Dios estableció la relación, las condiciones y los móviles de la misma y nosotros caminamos en sus propósitos. Es tan maravilloso todo esto, que sólo debemos decir: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hc. 9:6). Y no decir, te exijo y te reclamo, porque merezco.

CONCLUSIÓN

Lo que hemos afirmado y desarrollado en este artículo, es que “Emanuel: Dios con nosotros” define al Ser de Dios, su plan redentivo y su gloria celestial. El ser de Dios es definido claramente en la revelación de la deidad y la sustancia de su esencia y dignidad. No queda sombra de duda que, ésta es una de las expresiones más precisas, sencillas y comunes para definir la realidad, esencia, carácter y naturaleza de Dios. También es una de las afirmaciones más contundentes y fáciles de comprender con relación al propósito redentivo de Dios. Es decir, definen el pacto eterno de redención, el carácter del redentor, la naturaleza de la redención y la justicia desbordante de Dios en sí mismo, por medio de Jesucristo el Cordero de Dios. Y como si fuera poco, ésta trasegada y abusada expresión, define la relación correcta del Señor y Pastor de su pueblo para sus salvos, en función de la gloria eterna y la consumación del plan de Dios.