BRUJULA TEOLOGICA AGOSTO 2017 | Page 8

Mientras los modelos anteriores son censurados, este es un modelo para seguir. Tanto Diótrefes, como Gayo deben reconocer sus pecados y arrepentirse. Además, deben seguir el ejemplo de un varón que, en silencio, sin protagonismos, con disciplina y sencillez sirve a la obra del Señor. ¡Demetrio no se centra en si mismo! No está interesado en lo que dicen de él. Sólo se enfoca en su deber y el testimonio múltiple es elocuente. Tanto así, que aun en la proporción del comentario se muestra la modestia piadosa de este varón. Pocas palabras describen con lujo de detalles el carácter de este siervo.

Es una bendición tener en la iglesia Demetrios. Hombres dispuestos a servir sin intereses. Lejos de la actitud diotrefana de autoritarismo e imposición. Tampoco se ha sesgado a la actitud empalagosa de un trato meloso y detallista. Su enfoque es el evangelio, los valores del Reino en perfecta armonía de conocimiento, actitud y pastoral digna de un ministro. Llama la atención que se le honre como un modelo digno a seguir y como un vivo ejemplo de siervo que dan la vida por la causa. Este varón bien puede estar junto a profetas, sacerdotes, reyes, presbíteros, misioneros y diáconos que como él; son verdadero ejemplo de ministros. En una sociedad donde escasean los modelos adecuados de conocimiento, carácter y método pastoral, se nos provee este sencillo, pero elocuente ejemplo.

Demetrio no parlotea cual Diótrefes, con el argumento de la antipatía. Tampoco retiene cual Gayo con el argumento de la empatía. Por el contrario, el en silencio muestra su conocimiento con ejemplo, lo cual lo constituye en un pastor lleno de simpatía. La verdad de su carácter es su entrega incondicional, sin palco de honor y sin recintos para hospedar. La hospitalidad de Demetrio se muestra en su sinceridad, sencillez y entendimiento adecuado del cuerpo de Cristo. La verdad de él es el evangelio aplicado y el amor es el de Cristo abnegadamente provisto para salvación de su pueblo. ¡Demetrios es lo que necesitamos en este mundo competitivo y arrogante! En una iglesia sensiblera y con dependencias patológicas en las emociones, urge tener ministros como Demetrio que sencillamente vivan el evangelio con las virtudes piadosas.