BRUJULA TEOLOGICA AGOSTO 2017 | Page 4

9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:3-11). Los hermanos necesitaban ser ayudados económicamente para que continuaran su viaje.

ISMAEL QUINTERO

Pastor, Bogotá

Iglesia Presbiteriana

La descripción que tenemos de Gayo es apasionante y llamativa. No obstante, lo que el escrito deja entrever es que Gayo ejercía una actitud interesada en su cuidado de los huéspedes a quienes albergaba. Su amor excesivo era una forma de manipular. La acogida que brindaba a los mensajeros, era con el interés de ser reconocido. Al punto que los retenía indebidamente con lujo de atenciones. ¿Quién dijera, que actitud hospitalaria de este hermano es susceptible de censura? La censura es hacia la actitud desmedida y el interés por retener a los hermanos. En lugar de ayudarles a seguir su viaje, les impedía. Sus detalles aprecio, acogida y atenciones se constituía en una forma de retener y de impedir que los misioneros cumplieran su misión.

No hacia bien en retenerlos y en impedirles continuar. Su amor empalagoso, detallista y halagüeño; es considerado un estorbo para la misión y desarrollo de la iglesia. Además, el apóstol Juan reconoce que todos hablan bien de Gayo; no obstante, se reconoce su amor y su verdad. Lo cual es una clara demostración de su interés altruista, digno de reconocer, pero desfasado del servicio genuino en la obra de Dios. Al servir a otros se promovía a sí mismo. Lo correcto no es que se hable de su verdad y de su amor, sino del amor de Dios y la verdad del evangelio expresado en la iglesia. Gayo logra sumar comentarios favorables para él y no para la edificación de la iglesia. Logra ser tendencia entre los viajeros, pero de forma egoísta, no piensa en la iglesia sino en si mismo.