Se han ofrecido incontables explicaciones concernientes a la naturaleza del aguijón de Pablo en la carne. Pero no sobre el aguijón que habla Pablo al que quiero referirme, ya que es un pasaje que solo brinda interrogantes estériles. Quiero referirme a la gracia porque es la esencia de la vida de todo aquel que sirve a Dios de diversas maneras
ALEXIS ESQUIVEL
Pastor.
Panamá
Es entendible que Pablo considerara a este aguijón un obstáculo para un ministerio más amplio y efectivo (Gálatas 5:14-16) y que hubiera pedido tres veces a Dios que se lo quitara (2 Corintios 12:8). Pero él aprendió de esta experiencia la lección que domina esta carta: el poder divino se muestra más intensamente sobre el trasfondo de la debilidad humana (2 Corintios 4:7) para que la alabanza sea solo de Dios (2 Corintios 10:17). En vez de quitarle el problema, Dios le dio la gracia y la fortaleza en él y a través de él, declarándole que Su gracia sería “suficiente.”
Éstas van del rango desde una tentación incesante, inflexibles oponentes, enfermedades crónicas (tales como problemas oculares (Gálatas 4:15), malaria, migrañas y epilepsia, hasta inhabilidad para hablar. Nadie puede decir con seguridad que es lo que era, pero es probable que fuera una afección física.
Analizando la definición de gracia en(Griego Jaris.) quiere decir “Tu Presencia” Partamos del enfoque que en la sencillez del evangelio no está en quien tenga más o quien tenga menos, sino que el creyente debe anhelar es la “presencia de Dios en su vida y ministerio.” Es grande la lucha que se viene librando cada día dentro de las filas del cristianismo, sobre la verdadera fe basada en una vida próspera, dejando a un lado lo más importante que es la presencia de Dios.
Hoy muchos ministerios presentan sus rótulos, como los únicos que tienen la verdadera revelación de Dios para una vida próspera.
¡Cuántas veces aceptamos distintos rótulos y permitimos que nos definan! Y con cuánta facilidad se los asignamos a otros. Sin embargo, la gracia de Dios desafía los rótulos porque está arraigada en su amor, no en nuestra percepción personal.