BRUJULA TEOLOGICA AGOSTO 2017 | Page 15

de cien mil personas, por profesar una creencia diferente a la de ellos. La inquisición enseñaba que si un hombre predicaba otra fe o profesaba otra confesión o tenía otro pensamiento u otro criterio debía ser tildado como hereje y se creía que se agradaba a Dios matándolos. Algunos eran quemados vivos, otros eran torturados y descuartizados, hombres, mujeres y familias enteras fueran consumidas por la cegada tradición, y esto era lo que Saulo estaba haciendo, estaba cegado por la tradición. Carolina de Merisis, madre de uno de los reyes, ordenó el 24 de agosto de 1572, una matanza, que quizás ha sido una de las más horrendas que ha ocurrido, la historia la registro como la masacre de san Bartolomé. En ese tiempo se dio orden, por la inquisición, y por orden de esta mujer y en una sola noche fueron masacrados setenta mil personas, sin importar que fuesen niños, ancianos, jóvenes o viejos; fueron masacrados vilmente por la orden de una reina enceguecida por la tradición. La historia registra que mientras ellos morían y el humo de las casas se veía y la sangre corría, los verdugos se gozaban y celebraban porque decían estar glorificando a Dios con esta clase de actos. El corazón de Dios se estaba desprendiendo viendo como el hermano mataba al hermano, observando como el hombre asesinaba a su prójimo, viendo como el hombre se destruía como el más ignorante y el más vil de los animales, eran hombres cegados por la tradición cometiendo horrendos crímenes.

Fernando II en 1618 a 1648 inició lo que se conoce en la historia como la guerra de los 30 años, una guerra cuyo trasfondo comenzó con un hombre enceguecido por la tradición, esto desencadenó una guerra que se convertiría en asunto político y alcanzó a multitudes. La historia registra que, durante la guerra de los treinta años, murieron aproximadamente veinte millones de personas. Así termino la famosa guerra de los treinta años, iniciada además por orden de la inquisición.

¿Qué sentido y qué lógica tiene esto? hombres masacrados, hombres torturados, mujeres viudas y niños huérfanos ¿Es esto lo que queremos seguir cosechando en nuestros pueblos, deseamos que nuestros hijos vean exactamente lo mismo, queremos que nuestra patria coseche esto? Nos quejamos porque se levantan violentos por un lado y por el otro, pero todo nace en el corazón del ser humano, cuando la tradición se apodera del hombre, el celo egoísta se posesiona del hombre y el resultado es tragedias y mortandad. Y esto era Saulo. La Biblia dice que hay caminos que al hombre le parecen rectos pero su fin es camino de muerte.

Muchos hombres han creído que con sus actos están haciendo lo bueno pero no se dan cuenta que la palabra del Señor dice que muchas personas sin saberlo, incluso, han hospedado ángeles en sus casas. Es tiempo de levantarnos, es tiempo de empezar a mirar a nuestro alrededor y permitir que las cadenas se rompan, que las cadenas de indiferencia sean sueltas, es el tiempo que el hombre entienda que fue creado por Dios no para vivir en desolación, no para vivir en guerra y en maldad, el hombre fue creado por Dios para vivir en comunión con su hermano y en comunión con su creador.