Me mostró al Sumo Sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Zacarías 3:1.
En esta visión el profeta ve a Satanás como un personaje que acusa al Sumo sacerdote.
Satanás como destruidor en Malaquías. Siglo IV a. C.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Malaquías 3:11
En este pasaje en su mensaje al pueblo el profeta hace diferencia entre Dios como origen de la bendición y el devorador como el que destruye el fruto de la tierra.
SATANAS ANTES DEL CAUTIVERIO BABILONICO.
Antes del cautiverio no había sido revelada al pueblo de Israel la persona de Satanás como origen del mal.
Un ejemplo para clarificar la idea: La tierra siempre ha tenido una forma esférica, pero antes del descubrimiento de América todos creían que era plana; lógicamente esto no significa que antes del descubrimiento la tierra fuera plana, siempre fue redonda pero el hombre llegó a ese conocimiento después del siglo XV.
Así entonces encontramos que la palabra Satán, se encuentra presente como tal en 1 Crónicas 21:1; En Job; Salmo 109:6; Zacarías 3:1; 3:2, todos estos textos fueron escritos luego del cautiverio babilónico.
LA REVELACION PROGRESIVA DE DIOS.
Al estudiar las Escrituras, observamos que Dios se fue revelando progresivamente al hombre, siendo así el Nuevo Testamento (Jesucristo) el culmen de dicha revelación.
Por esto en el Antiguo Testamento encontramos a Dios siendo entendido por el hombre como un ser con características antropomórficas, zoomórficas y antropopatistas, lo cual no implica que Él tenga pies como los del hombre o alas como un ave o cambios de parecer como los humanos.
CONCLUSIÓN.
Los sucesos de las Sagradas Escrituras, fueron registrados de acuerdo al nivel de revelación de ese momento; por esto en 2 Samuel encontramos el registro del censo desde una óptica teocentrista, mientras que en 1 Crónicas se escribe desde la posición dualista.
Así no hay contradicción, pues aunque en los dos libros se está narrando el mismo suceso, el momento en que se escribieron los dos relatos tienen al menos un espacio de 200 años, tiempo en el cual aumentó la revelación de Dios al hombre.
Pastor José Luis Cárdenas R.