BRUJULA TEOLOGICA ABRIL 2017 | Page 17

de sus enemigos. Las preguntas que surgen son muchas. ¿Qué paso? ¿Qué hicieron mal estos padres? ¿En que fallaron? ¿No fueron diligentes en su vida cristiana y en su responsabilidad pactal? ¿No instruyeron adecuadamente a este niño de promesa, para que viviera acorde a ella? No tengo las respuestas a estos interrogantes. No obstante, quiero que consideremos algunos de los aspectos básicos en los cuales este niño y posteriormente adulto, no obró bien. No quiero decir que toda la responsabilidad recae sobre los padres. Pero tampoco es justo, exonerarlos de los deberes que atañen al deber en la formación y ejemplo de sus hijos.

No obstante, quiero que consideremos algunos de los aspectos básicos en los cuales este niño y posteriormente adulto, no obró bien. No quiero decir que toda la responsabilidad recae sobre los padres. Pero tampoco es justo, exonerarlos de los deberes que atañen al deber en la formación y ejemplo de sus hijos.

No tengo la menor intención, ni me corresponde juzgar a estos padres primerizos, tampoco cuestionar el obrar del Señor y menos aún, validar las acciones nefastas de la vida de Sansón. Solo quiero meditar en voz alta y que el Señor nos dé respuestas y toque nuestros corazones con su palabra frente a tan enorme misión. Como bien dice la sabiduría popular: no nacemos instruidos para ser padres o nuestros hijos no vienen con manual. Pero el manual no es individual, sino soberano y común a todos, se llama su palabra. La gracia de su Espíritu capacita a los padres, no para prodigar amor a sus hijos, sino para llevarlos a Cristo. De lo contrario, somos solamente asistencialistas y no misioneros del Reino. Criaremos ciudadanos y no hijos de Dios. Seremos maestros mas no pastores. Llegaremos al comportamiento y las costumbres; pero no al corazón con su evangelio.