BRUJULA TEOLOGICA ABRIL 2017 | Page 15

afectar a la persona en todos los aspectos y elementos de su personalidad: su percepción, sus valores, conducta y a la vez sus creencias.

Tomado de: “Estudios de la Escuela Dominical”, escrito por Margarita Devine y Víctor Manuel Buitrago

Ismael Quintero

Pastor

“Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer” (Jue. 13:8)

INTRODUCCIÓN

Uno de los grandes desafíos que tenemos los padres es con relación al cuidado y educación de nuestros hijos. Cuando estamos en la espera de ellos, nos embargan tantos sueños, ilusiones y deseos de cómo educarlos, cuidarlos y consagrarlos al Señor.

hijos. Cuando estamos en la espera de ellos, nos embargan tantos sueños, ilusiones y deseos de cómo educarlos, cuidarlos y consagrarlos al Señor. No obstante, cuando llegan, somos abrumados por múltiples desafíos relacionados con su cuidado y provisión económica. Rápidamente vemos como el desgaste físico y emocional es devastador. En las primeras semanas, somos informados que la tarea no es nada fácil. Durante los primeros meses nos vamos concientizando que estamos ante un reto mayúsculo, que amerita todo el esfuerzo, dedicación y entrega. De esa manera, reforzamos las medidas para atender todos los ángulos de semejante misión.

No obstante, las parejas en los primeros meses de estrenarse como padres, siguen manteniendo las grandes ilusiones, que podrán lograr su cometido, sin caer en excesos, abusos, y más aún, sin cometer los errores que sus padres cometieron. Es decir, el reto que nos imponemos consiente o inconscientemente es: seremos unos padres diferentes y tendremos hijos sanos, educados y saludables. ¡Qué buena expectativa alimentamos! Sin embargo, con el paso de los primeros años, nos damos cuenta que todo esfuerzo es vano y toda ilusión es frustrante. Nuestros hijos son pecadores, rebeldes y no hay nada que podamos hacer para revertir la realidad de su desviado corazón.