Es de anotar que el aprendizaje afecta solo un órgano separado, la mente, y aislado del cuerpo y de las emociones. El aprendizaje puede estar divorciado del "hacer" e incluso hasta puede ser opuesto al hacer, o quizás estemos pensando solamente en una preparación para el futuro. Por ende, no debería sorprendernos el que mucho de lo ensenado y aprendido en clase no tenga un impacto en la vida de la Persona Total. Si estamos tratando con vida y la manera de vivirla, debemos ocuparnos de la Persona Total y no solamente de hacer contacto con su intelecto. Es nuestro deber tocar al alumno, no en un solo punto de su persona, como el conocimiento y creencia, sino que debemos tocarle en cada punto de su personalidad. (Observe el cuadro siguiente, y note la diferencia con los anteriores).
Tenemos que alcanzarlo en la vida diaria, tocando situaciones actuales para no dejar así la impresión de que lo ensenado en el aula de clase no tiene relación con la vida real. El presumir que tener creencias bíblicas aisladas es suficiente para cambiar la vida, es un error.
Resumen:
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