BRUJULA CIUDADANA Respuestas humanitarias, ni muros ni promesas | Page 18

Brújula Ciudadana 105 16 Para Dolores París, especialista la que más en políticas públicas de migración y refugio afincada en el COLEF de Tijuana, el acuer- do concretado por el canciller del gobierno actual, Marcelo Ebrard, antes de la toma de posesión de AMLO, filtrado por la prensa, desmentido por el gabinete todavía de tran- sición, pero refrendado pocos días después de que México signara el Pacto Global de las Migraciones en diciembre de 2018, es un ejemplo perfecto de acuerdos de coopera- ción internacional que violan todos y cada uno de los preceptos no ya de dicho pacto global que México signó, sino la carta de De- rechos Humanos primigenia (Véase: https:// www.colef.mx/noticia/que-significa-el-pro- grama-quedate-en-mexico-y-en-que-difiere- de-mexico-como-tercer-pais-seguro/). Esquizofrénica realidad la que vivimos en México, porque somos el segundo país ex- pulsor de “mano de obra” migrante, al mismo tiempo que nos negamos a reconocer una realidad no sólo fáctica, sino que estalló en dimensiones masivas con el Éxodo centro- americano del final del 2018. México es un país de destino para refugiados del terror y la miseria que siembra el neoliberalismo; es también un país frontera al suscribir los pilares racistas que en Estados Unidos sostie- nen un régimen de extranjería que produce una deportabilidad y por lo tanto extrema explotación para los mexicanos, y cual sín- drome de Estocolmo en versión gestión migratoria, aplicamos ese régimen de de- portabilidad, aderezado con la paralegalidad de las masacres de migrantes (como la casi desapercibida mediáticamente, sucedida en Veracruz el sábado 8 de diciembre, en la que una mujer resultó asesinada y un niño de tres años herido de bala, véase: https://www. jornada.com.mx/ultimas/2018/12/08/ disparan-a-migrantes-en-veracruz-repor- tan-mujer-muerta-6790.html), masacres utilizadas como mensajes entre polleros, narcotraficantes y agentes migratorios o po- licías corrompidos para demostrar el control de “la plaza migrante”. México es, además, un país de desplazamiento forzado interno por un conflicto que sin ser guerra civil produce desde la década pasada ci- fras de guerra abierta. Las familias desplazadas por la violencia interna también pernoctan con niños, niñas y bebés en las calles de Tijuana, en condición de indigencia, esperando conseguir un número de los que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos reparte cada día a cuenta gotas para poder “entregarse” a migración como peticionarios de asilo. Pero además, México es hoy por hoy país de diásporas que huyen del terror y la miseria, que lo digan sino las comunidades hondu- reñas asentadas en Chiapas, los guatemal- tecos avecindados en las mismas carencias