BRUJULA CIUDADANA Migración y Seguridad | Page 38

Brújula Ciudadana 109 36 los incentivos de prevención deberán ser distintos para ser efectivos. También se deben generar los incentivos laborales correctos para que los funcionarios tengan una carrera y un futuro asegurado si cumplen adecuadamente con sus funciones. Todo esto requiere tiempo y presupuesto que es necesario invertir para reducir el índice de impunidad delictiva. Experiencias internacionalmente nos indican que la manera mas eficiente de reducir la corrupción y la tentación a ocultar la con- ducta delictiva dentro de las instituciones policiales y de procuración de justicia es que exista un órgano de supervisión externo, compuesto por ciudadanos, que se encargue de monitorear y transparentar las conductas problemáticas. Es vital que se implementen estos órganos de supervisión externos en las policías locales, la Guardia Nacional y en las fiscalías estatales y federal. Debemos presionar para que haga una me- jor función de autosupervisión de jueces pues estos también son susceptibles de ser amenazados por delincuentes y/o tentados por la corrupción. En fechas recientes hemos visto casos de jueces claramente al servicio de las bandas delictivas, esto es muy delica- do, pues si el juzgador es percibido como corrupto, se destruye la confianza en todo el sistema. Es crítico que el poder judicial mantenga autonomía del poder ejecutivo, de lo contrario siempre existirá la tentación de usar la justicia para fines políticos. Hay dos instituciones más que son parte del sistema para lograr seguridad y que reciben poca atención del público: la primera es el servicio de defensoría pública, esto son los abogados pagados por el estado para defen- der a los que no tienen medios para contratar defensa privada, y la segunda es el sistema penitenciario. La defensoría pública en un país como México es una institución clave, pues es la que debería garantizar el acceso a la justicia a la mayoría, hoy está abandonada, no tiene recursos ni incentivos laborales que garanticen su funcionamiento, necesitan presupuesto y reorganización. El sistema penitenciario debe ser el lugar geográfico en donde el estado tiene más control, pues tiene, o debe tener, control total. Hoy en nuestro país esto no es así, el Estado debe imponerse y controlar todos los centros penitenciarios. Si no existe voluntad política de reformar el conjunto de instituciones que conforman todo el sistema de impartición de justicia, difícilmente lograremos tener seguridad en el país. La buena noticia es que el gobierno actual tiene el compromiso de campaña, mayorías legislativas y apoyo social para llevar a cabo la transformación necesaria.